Una convención que no convence

Soledad Martínez Pastor

Secretaria General de Juventudes Socialistas de Almería

Este fin de semana hemos podido ver en todos los medios de comunicación la que dicen es una “inmejorable Convención del PP en Sevilla”. Eso sí, la casa por la ventana tirarla la han tirado, pero cabe destacar de esta reunión varios puntos que pueden ser interesantes.

En primer lugar nos dice su líder -creo que es Rajoy, aunque aún tengo dudas sobre si el verdadero es Aznar, o ya preparan a Gallardón si por en medio no se les cuela Espe Aguirre- que “España tiene sed de urnas”. Y ojo, que lo dice el principal responsable de la oposición, el mismo que centra su discurso en la victoria electoral que cree que ya tiene, porque le han debido contar que en los próximos comicios sólo irán a votar los fieles a su partido. Pero igual no sucede así y esos que a día de hoy dicen que no irán a votar se lo piensan mejor y entienden que con su silencio a modo de castigo a quien realmente castigan es a ellos mismos.

Yo quiero hablar de sensatez, de la que los jóvenes de este país esperamos de los partidos políticos. Es una pena, ante esta situación de crisis mundial y las necesidades que tenemos los jóvenes, y los padres de las familias españolas y todo el que anda por la calle, que un partido político como el PP demuestre una vez más ese ramalazo de derecha rastrera que siempre intentan ocultar pero que aflora naturalmente. Así, en vez de centrar una Convención política de esa índole en presentar medidas y tener aunque sólo sea una idea de cómo poder ayudar a los ciudadanos, sólo sacan en claro que el PP se ve ganador porque el PSOE paga las consecuencias de la crisis.

Pero si no teníamos bastante con el dirigente nacional, ahora pasamos a las declaraciones de la gran estrella andaluza, el señor Arenas, a quien no cuento en las quinielas de liderazgo porque a él le han dejado Andalucía, esa tierra que al PP nunca le ha importado y que sigue sin importarle, porque de hecho mantienen aquí al eterno perdedor. Este señor va y dice a todos en la Convención que gobernar es imitar al señor Camps, o sea, privatización de la sanidad y la educación. Ahora sí, lo que no nos faltarían serían trajes de sastrería… ¡Timebla, Andalucía!

Menos mal que los ciudadanos andaluces tenemos un poco de sentido común y jamás vamos a permitir que nos gobierne esta derecha al estilo Camps, que lo único que pretende es desmantelar el Estado del Bienestar que tanto nos ha costado conseguir y en el que otros sólo han visto la posibilidad de hacerse un traje a medida.

Por tanto, después de toda la parafernalia de Sevilla podemos concluir que la contribución de toda la derecha junta a la salida de la crisis ha sido nula. Sólo han dado de sí para decir que las autonomías no sirven y que van a rebajar las pensiones de diputados y senadores. Lo que no entiendo es por qué votaron en contra hace unos días cuando se presentó una iniciativa en ese sentido.

¿Sabéis lo que si se juegan los señores Rajoy y Arenas? Su futuro político, ninguno de los dos tiene otra oportunidad y lo saben.

Pero como les encanta tomar como ejemplo a Camps, yo les voy a poner uno de muy cerquita y del que seguro que no hablaron en esa fastuosa Convención.

En esta ciudad en la que vivo el PP jamás ha tendido la mano a las administraciones regional y central, y quizás por ello sí se puede decir del PP que ha conseguido algo en Almería, concretamente que sea la peor ciudad para la tramitación de la Ley de la Dependencia. Ni que decir tiene su gestión en materia de Juventud, bueno en esta última materia ni siquiera tuvieron la decencia de poner nada en el anterior programa electoral.

Pues sí, señores y señoras, esta es la descripción de la derecha que en muchos municipios nos gobierna y que además habla de alcanzar el poder y no de gobernar. Creo que se equivocan, estoy convencida de ello, porque existe otra forma de gobernar por y para todos. Y estoy segura de que es bueno que hablen y tengan convenciones como las de Sevilla, con Camps, Mato y otros gurteles como ejemplo de gobernantes, porque a gente como yo nos descubren día a día el por qué nos sentimos orgullos de estar en el bando contrario, es decir, en el de la gente de la calle, en la bancada socialista.