Javier Salvador
Director de Teleprensa
Resulta gracioso que un apunte chorra en una red social, una anotación sentida, porque el chaval, David Bisbal, es de esta manera y aún dice lo que piensa -y quizás por eso triunfa-, en el que trataba de decir algo así como que las guerras acaban con la riqueza de hasta los lugares más bellos, sirva para montar un lío descomunal, poner en cuarentena las redes sociales y generar una guerra entre ciberchistosos y fans.
Creo que en todo este lío hay mucho de envidia, oportunismo y arribismo, porque el que triunfa levanta tantas pasiones como odios. Y puede que lo escrito no sea acertado, pero se trata de su perfil en una red social, donde puede decir lo que le de la gana, colgar las cosas que le gustan y mostrárselas a sus amigos. Y es aquí donde está el problema, quiénes son nuestros amigos y quiénes son esos otros a los que llamamos amigos de redes sociales.
Me encantaría tener miles de amigos reales siempre y cuando no me viese obligado a regalarles algo a cada uno de ellos en su cumpleaños o por navidad, porque no habría economía doméstica que lo aguantase, y por ello tenemos que entender las redes sociales como lo que son, un lugar de entretenimiento, una buena alternativa a la muchas veces absurda programación de televisión y todas esas cosas. Y sí, donde encuentras nuevos amigos con los que compartes correos pero a los que no conoces físicamente.
También son un lugar de promoción, de ahí que toda agrupación política, marca o restaurante, cantante o actor, tenga un perfil en una red social creyendo que así lo tiene todo hecho, porque a partir de ese momento es moderno, está a la última y encima se ahorra una pasta en publicidad. Y no, lo siento pero no es así.
Creo que en todo este lío hay mucho de envidia, oportunismo y arribismo, porque el que triunfa levanta tantas pasiones como odios. Y puede que lo escrito no sea acertado, pero se trata de su perfil en una red social, donde puede decir lo que le de la gana, colgar las cosas que le gustan y mostrárselas a sus amigos. Y es aquí donde está el problema, quiénes son nuestros amigos y quiénes son esos otros a los que llamamos amigos de redes sociales.
Me encantaría tener miles de amigos reales siempre y cuando no me viese obligado a regalarles algo a cada uno de ellos en su cumpleaños o por navidad, porque no habría economía doméstica que lo aguantase, y por ello tenemos que entender las redes sociales como lo que son, un lugar de entretenimiento, una buena alternativa a la muchas veces absurda programación de televisión y todas esas cosas. Y sí, donde encuentras nuevos amigos con los que compartes correos pero a los que no conoces físicamente.
También son un lugar de promoción, de ahí que toda agrupación política, marca o restaurante, cantante o actor, tenga un perfil en una red social creyendo que así lo tiene todo hecho, porque a partir de ese momento es moderno, está a la última y encima se ahorra una pasta en publicidad. Y no, lo siento pero no es así.
Hemos utilizado mal las redes sociales, o puede que no, porque en cierto modo se trata de eso, de ser visibles ante mucha más gente y eso, esa visibilidad, genera sus riesgos.
A Bisbal le están zumbando desde hace un par de días por decir que "Nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas, ojalá que pronto se acabe la revuelta", lo que debe ser una burrada, casi pecado, por el cirio que hay montado. Quizás se equivocó en el manejo de su perfil o sencillamente debió tener en cuenta a quién aceptaba como amigo y qué uso le iba a dar a esa cuenta en la red social. Es decir, si era de promoción o personal.
Pero les voy a recordar la historia de un chaval que trabaja como jardinero en el vivero municipal de Almería, que tenía sueños de ciclista pero que nació con un don para el mundo de la música. Después de patearse media Andalucía oriental con una orquesta, de esas que van a las fiestas de pueblo en pueblo, le surgió la oportunidad de un programa de televisión en el que participó, llegó a la final y no la ganó. Yo siempre he creído que le sancionaron por esa guarrada que hacía con el colacao para fabricarse algo parecido a la nocilla y ponerse ciego a bollos con todo su unte, pero lo cierto es que no ganó y pese a ello es la única estrella de ese programa que ha alcanzado la fama total.
Es decir, que de ser un tirado de familia y casa humilde, pero feliz, se ha convertido en un multimillonario artista, y nunca mejor dicho lo de artista y, además, feliz.
Eso genera envidias, porque con tanto genio que hay por el mundo y en el paro, que un tipo que dejó los estudios para cantar por las noches en los pueblos -después de plantar miles de capullos durante la semana-, que se haga de oro duele. Y duele tanto que a la primera que suelte fuera de todo le van a cazar, y sí le han cazado.
También es cierto que cada cual debe reconocer sus propias limitaciones, es decir que la filosofía para los filósofos, e igual hubiese sido más acertado escribir una balada llamando a la paz entre hermanos que una apreciación sobre las pirámides. Pero gracias al cielo en el mundo civilizado hay algo que se llama libertad de expresión.
Pero bueno, si quieren podemos poner un ejemplo distinto sombre gambas mucho más importantes que la supuestamente cometida por Bisbal y que yo, muy cortito, aún no comprendo en toda su dimensión. Así, mucho más notorio es que Santa Ángela Merkel ha dicho que España ha hecho los deberes y va por buen camino. La alemana es socia de partido de Mariano Rajoy, quien dice todo lo contrario, y mientras una le pone flores al acuerdo social el otro dice que es una chapuza. Es decir, a quién le hacemos la revolica en las redes sociales, a Merkel por hacerse del PSOE o a Rajoy por quedarse con el culo al aire.
Seamos serios y pongamos todo ese ingenio que sabemos demostrar en determinados momentos en tener ideas un poco más constructivas.
Eso genera envidias, porque con tanto genio que hay por el mundo y en el paro, que un tipo que dejó los estudios para cantar por las noches en los pueblos -después de plantar miles de capullos durante la semana-, que se haga de oro duele. Y duele tanto que a la primera que suelte fuera de todo le van a cazar, y sí le han cazado.
También es cierto que cada cual debe reconocer sus propias limitaciones, es decir que la filosofía para los filósofos, e igual hubiese sido más acertado escribir una balada llamando a la paz entre hermanos que una apreciación sobre las pirámides. Pero gracias al cielo en el mundo civilizado hay algo que se llama libertad de expresión.
Pero bueno, si quieren podemos poner un ejemplo distinto sombre gambas mucho más importantes que la supuestamente cometida por Bisbal y que yo, muy cortito, aún no comprendo en toda su dimensión. Así, mucho más notorio es que Santa Ángela Merkel ha dicho que España ha hecho los deberes y va por buen camino. La alemana es socia de partido de Mariano Rajoy, quien dice todo lo contrario, y mientras una le pone flores al acuerdo social el otro dice que es una chapuza. Es decir, a quién le hacemos la revolica en las redes sociales, a Merkel por hacerse del PSOE o a Rajoy por quedarse con el culo al aire.
Seamos serios y pongamos todo ese ingenio que sabemos demostrar en determinados momentos en tener ideas un poco más constructivas.
Hay en todo humano un trasfondo de envidia subyacente que se manifiesta a la menor ocasión. Ahora le ha tocado a Bisbal y mañana le tocará a otro, es la manera de divertirse de quienes no saben hacerlo de otra forma.
ResponderEliminarTras la marea las aguas volverán a sus orillas y Bisbal seguirá siendo quien es y el envidioso seguirá viéndolas venir.
¡Arriba, chaval!, tú a lo tuyo y... ¡si dicen que "dizan"!