Iván Gómez
Periodista
El anuncio del subsecretario del Ministerio de Fomento, Jesús Miranda Hita, de que el soterramiento de las vías del ferrocarril será finalmente integral, como ha venido demandando la sociedad almeriense en la última década, ha generado una euforia entre los principales agentes sociales y económicos de la ciudad que no debería empañar la necesidad de que el Gobierno aclare determinadas incógnitas que surgen de su nueva postura. Si el Ministerio de Fomento en los últimos años ha impuesto a los almerienses, a su fiel estilo lentejas, un soterramiento caracterizado por las jorobas sobre los 800 metros de trazado entre el barrio de El Puche y la estación antigua del ferrocarril alegando razones técnicas (iluminación y ventilación), de seguridad y de viabilidad económica, ¿por qué ahora da marcha atrás y acepta un proyecto del que no quería ni oír hablar? Si antes no se podía hacer una mayor esfuerzo inversor y el tope se cifró en 244 millones de euros, ¿de dónde sacarán los 35 millones de más que pondrá íntegramente el Gobierno?
El malestar de la sociedad civil, e incluso del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Almería que erróneamente aceptó por resignación, es tan evidente ahora que se conocen las 108 alegaciones que se han presentado al estudio informativo como antes cuando le hicieron llegar sus reivindicaciones los principales agentes sociales y económicos de la provincia como la Cámara de Comercio, Asempal, el Foro Ciudad, el Colegio de Arquitectos o las asociaciones vecinales, entre otros. Si antes las bóvedas estaban más que justificadas, ahora el hecho de que no se contemplen en un nuevo proyecto debería conllevar una explicación del Ejecutivo. Son muchos los años de estériles discusiones políticas, de hacer y deshacer, que no se puede tolerar, por buena que sea la noticia, que se vuelva a retrasar aún más una infraestructura necesaria y demandada desde hace décadas.
Después de todo lo avanzado, el anuncio de un nuevo concurso de ideas para ordenar una superficie sin las cubiertas no transitables también requiere una aclaración por parte del Ministerio de Fomento. Es más, es un compromiso verbal, que deberá plasmarse sobre papel cuanto antes, sobre todo porque llega en plena precampaña electoral y de eso entendemos y mucho los almerienses. La generosa actitud del Gobierno de impulsar finalmente un proyecto completamente integral, a pesar de lo sorprendente, se podrá valorar en su justa medida cuando lleguen las explicaciones pertinentes del adiós al soterramiento de las jorobas y las fechas de la futura actuación.
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