Fausto Romero-Miura Giménez
Abogado
Andalucía rememora mañana, como fiesta nacional, la fecha de un fracaso: el día en que, en referéndum, no salió adelante su autonomía, lo que no ocurrió hasta el 20 de octubre de 1981 y en contra de la voluntad de Almería -manifestada con rotundidad en las dos ocasiones-, pese a lo cual, violando inconstitucionalmente esa voluntad, fue echada al saco en el que no quería estar: en esa Andalucía. Nada, pues, hemos -supongo, yo, al menos- de celebrar mañana, día que los almerienses dedican, por tradición ya, a visitar El Corte Inglés e Ikea en el tan cercano extranjero murciano. Es que, además, otros destinos más lejanos resultan, ya, imposibles. Ayer, por ejemplo, me quedé con las ganas de estrujar a mi nieto y de oírle decir que la lámpara no furula: lo que no furula es el precio y la combinación de los vuelos a Madrid: los dos de Iberia costaban 768,77 euros, más el hotel, claro. Y, con Ryanair -171,39 euros- no sólo no hay ida y vuelta en el día sino que el horario de ésta para el domingo es matador: a las 7:55 sale de Barajas. Y Andalus, la compañía participada por la Junta de Sevilla, quebró, como es notorio.
Resumiendo, pues: al cabo de tantísimos años, Almería sigue siendo una isla por aire, carretera -¡para cuándo la autovía con Málaga!- y ferrocarril: sin tren nocturno con Madrid ni Sevilla, con un lentísimo Talgo y sin AVE, al que le queda mucho para llegar.
Es evidente que Almería y los almerienses somos marginales en Andalucía: la prueba más reciente la tenemos en la absoluta marginación -casi una verdadera humillación- del PSOE de Almería por el de Sevilla cuando todo apuntaba a que habría de ser al contrario: la estrepitosa derrota del socialismo almeriense en las últimas elecciones regionales debería haber llevado a sus compañeros -¡bueno!- sevillanos a darle a Almería el trato que se merece, e incluso preferente, justamente el opuesto al que hasta ahora le ha dado, pues -escribí el 23 de marzo de 2008- le ha visto las orejitas al lobo: desde el Levante avanza una marea que puede arrebatarle el poder, lo que, tres años después, confirman todas las encuestas.
El nombramiento de Martín Soler como eficaz Consejero, primero de Agricultura y luego de Innovación, parecía apuntar en ese sentido, pero, con la designación a dedo -que no elección, como es habitual: designados fueron Plácido Fernández Viagas y Pepote Rodríguez de la Borbolla, y cesados a mitad de camino, Escuredo y Chaves- del entonces José Antonio Griñán -hoy, Pepe- entró en funcionamiento -¿estamos mejor o muchísimo peor?- la guillotina: el PSOE de Sevilla da ya por perdida a Almería y, en consecuencia, se desentiende definitivamente de ella.
Almería, mediterránea, limítrofe con Murcia y cercana a Valencia, con las que histórica y espiritualmente se siente afín, compara la situación socioeconómica de éstas con la de Andalucía, en la que aumenta el diferencial en renta con Europa y el paro supera la tasa nacional, así como el fracaso escolar, y, lógicamente, saca conclusiones: elección tras elección se acentúa la tendencia a la identidad del voto almeriense con el levantino y su distanciamiento del andaluz. Y el pueblo vota como es.
Tras treinta y dos años ininterrumpidos de presidentes socialistas -Fernández Viagas fue designado el 27 de mayo de 1978- ninguno de ellos ha acertado a integrar Almería en Andalucía, por lo que sigue siendo tierra de frontera, de nadie, que es la peor de las situaciones posibles. ¿Tenemos algo que celebrar mañana?
(www.lavozdealmeria.es)
Los traidores de la UCD siempre falseando la historia y la realidad... así os fue!!!!!!
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