Céspedes, Alvarito y Calavera

Macarena Ruiz Esquinas
La Opinión de Almería


Alvarito

Perversión, lujuria, tentaciones muy ocultas y secretos del más allá… un realismo fantaseado, cargado de grandes dosis de ironía y críticas sociales más que justificables. Empezamos con la comedia “Si vas pa la mar”, pasando por la casita de chocolate y los dulces niños Hansel y Gretel, siguiendo con las escenas de robos en el hogar y la importancia de que lo peor que te pueden quitar es la PlayStation, la pesadez de enseñar al mundo tu horrendo viaje de novios o la gran experiencia extraterrestre de ver a la Virgen, para que pares de darles golpes con el balón a su iglesia ¡pues ya estaba cansada la Virgen de tanto pelotazo para aparecerse!... Y así, más historias increíblemente místicas y de expediente X, envueltas en clave de humor, dieron vida nocturna en la elegante Sala Cibeles, ayer en Almería capital.


Céspedes

Un humor lleno de experiencias del día a día y demandas absurdas que la sociedad sueña… para aparentar que es feliz. Pensándolo bien, somos unos hipócritas -¿quién no lo es?- porque estamos todo el día y durante toda nuestra vida representando papeles. En realidad, somos muy buenos actores. Y los cómicos, como actores que son, saben muy bien captar las ideas y lo valores que transmite la sociedad. De ella cogen lo esencial y le dan forma de monólogo acompañado de grandes efectos especiales llamados creatividad.


Paco Calavera
De Paco Calavera resaltaría su maestría en transportarte fuera de la galaxia. Es impactante cómo entra y sale de un  personaje a otro y la seriedad con la que lo hace. Tiene duende para la interpretación.

Pepe Céspedes es muy sincero en sus papeles y muy natural. Cuando se sumerge en el papel, va al grano y juega bastante con el espacio del  escenario. Se desenvuelve muy bien, captando la atención del público. ¡Es fabuloso!
Y Alvarito tiene encanto. Se mete en la piel del cómico almeriense cien por cien, y lo vive. A los papeles les da carisma.
Son estilos diferentes, que trabajando en equipo ¡hay química! En realidad, en esta época que vivimos, hacer reír a la gente es imprescindible. Pero más mágico e importante es dibujar en las personas una sonrisa.
¡De aquí al estrellato! Felicidades a los tres.

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