Juan Carlos Usero
Presidente de la Diputación de Almería y candidato del PSOE a la alcaldía de Almería
El título del film español 'El penalti más largo del mundo' parodia lo que lamentablemente a veces se convierte en realidad. El Plan General de Ordenación Urbana de Almería, PGOU, lleva más de 7 años fraguándose. Se contrató en 2004, ha costado a las arcas municipales 2,7 millones de euros y aún está sin aprobar.
Cuando la inmensa mayoría de las grandes ciudades andaluzas ya tienen aprobados sus nuevos planeamientos, Almería aún está a la cola, a diferencia de otras ciudades vecinas como Málaga y Granada que ya cuentan con un nuevo PGOU.
¿Es Almería una ciudad más complicada de ordenar y planificar que por ejemplo, Málaga que nos triplica en dimensiones y población? Creo que la respuesta está clara y para muestra un botón. Nuestra ciudad vecina tiene nuevo Plan desde hace más de un año.
Ahora que la época fulgurante de la construcción se ha estabilizado y que los promotores, a diferencia de otros años, ya no presionan para que se autorice el desarrollo de nuevos suelos, ¿qué justifica la prisa del equipo de gobierno por aprobar ahora, el que debe ser el mapa estratégico de nuestra ciudad?
El nuevo Plan General de Ordenación Urbana sobre el que nos acaban de informar carece de las medidas estratégicas en las que se debería de haber basado su elaboración. El urbanismo debe cumplir dos premisas básicas, mejorar la calidad de vida de los vecinos, y favorecer el asentamiento y generar actividad económica para las empresas, que se traducirá en riqueza y sobre todo, puestos de trabajo.
Si bien es cierto que desde las administraciones debemos apostar por una gestión austera, dada la coyuntura actual, cuando tantas familias y jóvenes lo están pasando mal para llegar a fin de mes, el PGOU no dice nada de proyectos de futuro, ni de futuros desarrollos. En definitiva, carece de futuro y de las estrategias necesarias para resolver los problemas y carencias del presente, de la ciudad ya consolidada.
El nuevo Plan debería recoger y determinar cuáles son los centros neurálgicos de Almería, dibujar los equipamientos que les faltan y conectarlos entre sí a través de una verdadera red de transporte público eficaz y accesible para todos los vecinos.
El casco histórico aparece tal cual. No se planifican nuevos espacios peatonales, no están reflejadas las demandas de los vecinos y comerciantes, sobre todo de estos últimos, que piden habilitar nuevas zonas de aparcamiento y carga y descarga para facilitar el desarrollo de su actividad, que tanto nos interesa a todos, para llenar de vida las calles del centro y del casco antiguo como ocurre en muchas ciudades.
La filosofía de que toda la ciudad se desarrolle de forma armoniosa y de que una vez por todas se vertebren por igual los equipamientos y servicios de todos los barrios sigue siendo la tónica ausente de este nuevo PGOU.
Una de las medidas que se podían haber tomado en cuenta, y por la que hemos luchado desde el Grupo Municipal Socialista es para que se hubiese contado con la colaboración ciudadana. En mayo presentamos una moción que fue aprobada en el pleno por unanimidad, en la que pedimos que se escuchasen las demandas ciudadanas que tanto tienen que decir, y que tienen derecho a decir, pues se trata de definir cuál va a ser el futuro de la ciudad en la que viven. Sin embargo, el Ayuntamiento ha optado por hacer un Plan de laboratorio, a espalda de todos. Es un documento burocrático y administrativo, que no da respuestas a las necesidades de Almería.
En lugar de preocuparse en echar balones fuera, justificando semejante gasto y retraso, en base a lo que han determinado los planes sectoriales y a la normativa de suelo andaluz, que de sobra conocían, sería mucho mejor para todos, sobre todo para los almerienses, que aprovechasen que ya no hay prisa, para introducir mejoras a un Plan que determinará el futuro de todos. Para hacer una ciudad amable para sus vecinos, siempre contarán con el apoyo del Grupo Socialista.
Cuando la inmensa mayoría de las grandes ciudades andaluzas ya tienen aprobados sus nuevos planeamientos, Almería aún está a la cola, a diferencia de otras ciudades vecinas como Málaga y Granada que ya cuentan con un nuevo PGOU.
¿Es Almería una ciudad más complicada de ordenar y planificar que por ejemplo, Málaga que nos triplica en dimensiones y población? Creo que la respuesta está clara y para muestra un botón. Nuestra ciudad vecina tiene nuevo Plan desde hace más de un año.
Ahora que la época fulgurante de la construcción se ha estabilizado y que los promotores, a diferencia de otros años, ya no presionan para que se autorice el desarrollo de nuevos suelos, ¿qué justifica la prisa del equipo de gobierno por aprobar ahora, el que debe ser el mapa estratégico de nuestra ciudad?
El nuevo Plan General de Ordenación Urbana sobre el que nos acaban de informar carece de las medidas estratégicas en las que se debería de haber basado su elaboración. El urbanismo debe cumplir dos premisas básicas, mejorar la calidad de vida de los vecinos, y favorecer el asentamiento y generar actividad económica para las empresas, que se traducirá en riqueza y sobre todo, puestos de trabajo.
Si bien es cierto que desde las administraciones debemos apostar por una gestión austera, dada la coyuntura actual, cuando tantas familias y jóvenes lo están pasando mal para llegar a fin de mes, el PGOU no dice nada de proyectos de futuro, ni de futuros desarrollos. En definitiva, carece de futuro y de las estrategias necesarias para resolver los problemas y carencias del presente, de la ciudad ya consolidada.
El nuevo Plan debería recoger y determinar cuáles son los centros neurálgicos de Almería, dibujar los equipamientos que les faltan y conectarlos entre sí a través de una verdadera red de transporte público eficaz y accesible para todos los vecinos.
El casco histórico aparece tal cual. No se planifican nuevos espacios peatonales, no están reflejadas las demandas de los vecinos y comerciantes, sobre todo de estos últimos, que piden habilitar nuevas zonas de aparcamiento y carga y descarga para facilitar el desarrollo de su actividad, que tanto nos interesa a todos, para llenar de vida las calles del centro y del casco antiguo como ocurre en muchas ciudades.
La filosofía de que toda la ciudad se desarrolle de forma armoniosa y de que una vez por todas se vertebren por igual los equipamientos y servicios de todos los barrios sigue siendo la tónica ausente de este nuevo PGOU.
Una de las medidas que se podían haber tomado en cuenta, y por la que hemos luchado desde el Grupo Municipal Socialista es para que se hubiese contado con la colaboración ciudadana. En mayo presentamos una moción que fue aprobada en el pleno por unanimidad, en la que pedimos que se escuchasen las demandas ciudadanas que tanto tienen que decir, y que tienen derecho a decir, pues se trata de definir cuál va a ser el futuro de la ciudad en la que viven. Sin embargo, el Ayuntamiento ha optado por hacer un Plan de laboratorio, a espalda de todos. Es un documento burocrático y administrativo, que no da respuestas a las necesidades de Almería.
En lugar de preocuparse en echar balones fuera, justificando semejante gasto y retraso, en base a lo que han determinado los planes sectoriales y a la normativa de suelo andaluz, que de sobra conocían, sería mucho mejor para todos, sobre todo para los almerienses, que aprovechasen que ya no hay prisa, para introducir mejoras a un Plan que determinará el futuro de todos. Para hacer una ciudad amable para sus vecinos, siempre contarán con el apoyo del Grupo Socialista.
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