Juan Antonio Segura Vizcaíno
Secretario de Política Institucional del PSOE de Almería
Año 2003. José María Aznar cumple su séptimo año de Gobierno. Mientras anda sacudiéndose los lodos del Prestige, el presidente declara ante medio mundo que Irak tiene armas de destrucción masiva. Las protestas por llevar a España a una guerra injusta aún no se han acallado cuando al presidente le revienta en las manos el accidente del Yak-42.
El ejemplo de Aznar es revelador de cómo el poder puede envenenar a los incautos: aquel personaje estaba tan ebrio de poder que se creyó con el derecho de traicionar a aquellos que le habían confiado su voto. Pensando en positivo, si algo bueno tuvo toda aquella historia es que los ocho años de mandato de Aznar nos tocó vivirlos en época de bonanza económica. Ni pensar quiero qué sería hoy de España si la crisis mundial que nos azota hubiera tenido que capearla el PP.
En su séptimo año de mandato, el Gobierno de Rodríguez Zapatero no anda metiéndonos en guerras arbitrarias ni escatimando en seguridad para nuestros soldados. Lo que son las cosas: en su séptimo año, el Gobierno socialista acaba de firmar con los sindicatos y la patronal un acuerdo social y económico histórico. El pacto alcanzado engloba la reforma de las pensiones, las políticas activas de empleo, la negociación colectiva, la política industrial, la política económica y la política en I+D+i. En pocas palabras: asegura el futuro de nuestra economía y fortalece la cohesión social.
El pacto ha satisfecho demandas históricas como el paso al Régimen General de la Seguridad Social de los trabajadores del campo y los autónomos, lo que equiparará sus derechos a los del resto en materia de incapacidad temporal, jubilación anticipada, maternidad, prestaciones por desempleo...
Otro de los avances importantes es el que se da en materia de pensiones. Con este acuerdo, su futuro está garantizado. Además, si conseguimos un cambio de nuestro modelo económico que incremente la productividad, con la reforma aprobada las pensiones podrán revalorizarse a la vuelta de 40 años hasta en un 44%, pasando de los 798 euros de media actuales a 1.125 euros.
Son sólo algunos ejemplos de un acuerdo que es tremendamente amplio. Ningún otro país de Europa ha conseguido un acuerdo semejante en el actual periodo de crisis, ni un acuerdo tan amplio en aspectos tan sensibles como el sistema de pensiones. A este esfuerzo colectivo por salir de la crisis se han sumado el Gobierno, los sindicatos y los empresarios. Lamentablemente, ha faltado el PP. Al historial que ya acumulaban de recorte de derechos de los trabajadores en época de bonanza, ahora han de sumar su pasividad en momentos complicados. Luego negarán que estén frotándose las manos mientras esperan que la crisis les haga el trabajo sucio.
El ejemplo de Aznar es revelador de cómo el poder puede envenenar a los incautos: aquel personaje estaba tan ebrio de poder que se creyó con el derecho de traicionar a aquellos que le habían confiado su voto. Pensando en positivo, si algo bueno tuvo toda aquella historia es que los ocho años de mandato de Aznar nos tocó vivirlos en época de bonanza económica. Ni pensar quiero qué sería hoy de España si la crisis mundial que nos azota hubiera tenido que capearla el PP.
En su séptimo año de mandato, el Gobierno de Rodríguez Zapatero no anda metiéndonos en guerras arbitrarias ni escatimando en seguridad para nuestros soldados. Lo que son las cosas: en su séptimo año, el Gobierno socialista acaba de firmar con los sindicatos y la patronal un acuerdo social y económico histórico. El pacto alcanzado engloba la reforma de las pensiones, las políticas activas de empleo, la negociación colectiva, la política industrial, la política económica y la política en I+D+i. En pocas palabras: asegura el futuro de nuestra economía y fortalece la cohesión social.
El pacto ha satisfecho demandas históricas como el paso al Régimen General de la Seguridad Social de los trabajadores del campo y los autónomos, lo que equiparará sus derechos a los del resto en materia de incapacidad temporal, jubilación anticipada, maternidad, prestaciones por desempleo...
Otro de los avances importantes es el que se da en materia de pensiones. Con este acuerdo, su futuro está garantizado. Además, si conseguimos un cambio de nuestro modelo económico que incremente la productividad, con la reforma aprobada las pensiones podrán revalorizarse a la vuelta de 40 años hasta en un 44%, pasando de los 798 euros de media actuales a 1.125 euros.
Son sólo algunos ejemplos de un acuerdo que es tremendamente amplio. Ningún otro país de Europa ha conseguido un acuerdo semejante en el actual periodo de crisis, ni un acuerdo tan amplio en aspectos tan sensibles como el sistema de pensiones. A este esfuerzo colectivo por salir de la crisis se han sumado el Gobierno, los sindicatos y los empresarios. Lamentablemente, ha faltado el PP. Al historial que ya acumulaban de recorte de derechos de los trabajadores en época de bonanza, ahora han de sumar su pasividad en momentos complicados. Luego negarán que estén frotándose las manos mientras esperan que la crisis les haga el trabajo sucio.
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