José Fernández
Periodista
Yo no sé el tiempo que lleva usted leyendo periódicos, pero le puedo asegurar que todo el que yo llevo escribiendo en ellos (y ya son unos cuantos años) siempre he tenido en el futuro del Cable Inglés uno de los temas más recurrentes y de plena actualidad. Y es que gracias a la minuciosa labor de aplazamiento perpetuo que la Junta de Andalucía lleva aplicando sobre este oxidado bien de desinterés cultural, el futuro del Cable siempre es una permanente novedad informativa redactada en ese tiempo verbal de futuro continuo que ha acabado imponiéndose en la comunicación política en general y en la de la Junta de Andalucía en particular. Y es que acabo de leer unas declaraciones de la actual Delegada de Cultura, Yolanda Callejón, en las que vuelve a augurar un futuro espléndido para esa bonita infraestructura: “Vamos a hacer del Cable Inglés un espacio importantísimo para la Cultura”. Noticia fresca. Por decirlo en unos términos fácilmente reconocibles en Almería, es lo mismitico que llevan diciendo desde hace más o menos treinta años, portada arriba, portada abajo. Y lo más admirable es que no sólo lo hacen sin un mínimo asomo de arrebol o alipori, sino que además lo proclaman de modo ufano y complaciente.
Fíjense si están satisfechos de haberse conocido, que hace poco el consejero de la cosa cultural, Paulino Plata, señalaba la obra de restauración del Cable (que ya me dirán ustedes dónde está o dónde se intuye) como la actuación “más destacada” de su consejería durante el pasado año. En fin, qué quieren que les diga. Desde que el inolvidable alcalde Cabrejas señalase hace muchos años aquello de que las obras de restauración del Cable Inglés “habían comenzado, pero que no se veían” (les juro que esto fue así) hasta este último anuncio de felices inminencias, tres décadas de imparables éxitos nos contemplan. Andaluces, levantaos y mirad a ver si se ve algo nuevo en el Cable.
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