Diego Asensio
Secretario General del PSOE de Almería y Senador
El almeriense Juan Ballesta, que este año ha sido distinguido con la Medalla de Andalucía, forma parte de esa reconocida estirpe de humoristas gráficos que han sabido y saben mostrarnos, desde la sátira, ese otro lado de la actualidad política o social donde la reflexión se viste de caricatura para arrancarnos una sonrisa. Dicen que dijo Winston Churchill que la imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser y el humor los consuela de lo que son, y a ese impagable desahogo han contribuido gozosamente nombres que son referente del periodismo por otros derroteros: Mingote, Forges, Chumi Chumez, Martín Morales, El Roto, Peridis y un largo etcétera en el que está contenida, cómo no –y permítaseme el juego de palabras-, la certera mirada de Ballesta.
Preguntar cada día a un amigo o a un compañero si ha leído el chiste de tal o cual humorista en este o aquel periódico es frase repetida. Los resúmenes de prensa que se hacen desde programas de radio y televisión cada mañana incluyen, con buen criterio, y tras el repaso de las noticias y de los artículos de opinión más destacados, una descripción divertida del chiste que más agudamente haya retratado esa actitud, esa declaración, ese gesto que los redactores nos han contado de otra manera en las columnas a las que la viñeta sirve de ventana abierta. Y es que, en efecto, hay páginas en la prensa escrita que tienen la fortuna de contar con inmejorables vistas al humor.
Pero Juan Ballesta, nacido en 1935, es un artista polifacético cuya firma no sólo ha aparecido al pie de sus chistes gráficos, sino también en acuarelas, cómics e ilustraciones de libros infantiles. Quien se haya preguntado alguna vez qué se necesita para ser dibujante en un periódico, léase cualquier semblanza biográfica de Ballesta: tras iniciar allá por los cincuenta su andadura gráfica en el diario Informaciones de Madrid y transitar por la mítica La Codorniz, el almeriense se traslada a estudiar Arte primero a Inglaterra y más tarde a Italia. Durante su estancia en ambos países colabora con publicaciones como Daily Mirror o L’Espresso, para regresar a su país el mismo año en que los españoles nos pronunciamos inequívocamente a favor de nuestra Constitución, formando parte del Grupo 16 desde entonces hasta su disolución. Los lectores del Washington Post, Le Monde, Herald Tribune o Paris Match han podido sonreír alguna vez con sus viñetas, su obra está expuesta en el Museo del Humor de Basilea o en la Biblioteca de Documentación Internacional de París, ha diseccionado con humor los entresijos de la vida en pareja y se ha significado por su apoyo –gráfica y emocionalmente comprometido- a las causas de organizaciones como Amnistía Internacional y Reporteros Sin Fronteras. Y esto sólo es un resumen de una intensa y extensa actividad. Quienes se pregunten qué se necesita para ser dibujante en un periódico, ya lo saben: entregarte por completo a una pasión y trabajar mucho.
El próximo día 28 de Febrero, Día de Andalucía, Juan Ballesta recibirá la distinción honorífica que reconoce su meritoria labor profesional, y en recuerdo de alguno de sus dibujos bien podríamos decir que el honor ha sido nuestro.
Preguntar cada día a un amigo o a un compañero si ha leído el chiste de tal o cual humorista en este o aquel periódico es frase repetida. Los resúmenes de prensa que se hacen desde programas de radio y televisión cada mañana incluyen, con buen criterio, y tras el repaso de las noticias y de los artículos de opinión más destacados, una descripción divertida del chiste que más agudamente haya retratado esa actitud, esa declaración, ese gesto que los redactores nos han contado de otra manera en las columnas a las que la viñeta sirve de ventana abierta. Y es que, en efecto, hay páginas en la prensa escrita que tienen la fortuna de contar con inmejorables vistas al humor.
Pero Juan Ballesta, nacido en 1935, es un artista polifacético cuya firma no sólo ha aparecido al pie de sus chistes gráficos, sino también en acuarelas, cómics e ilustraciones de libros infantiles. Quien se haya preguntado alguna vez qué se necesita para ser dibujante en un periódico, léase cualquier semblanza biográfica de Ballesta: tras iniciar allá por los cincuenta su andadura gráfica en el diario Informaciones de Madrid y transitar por la mítica La Codorniz, el almeriense se traslada a estudiar Arte primero a Inglaterra y más tarde a Italia. Durante su estancia en ambos países colabora con publicaciones como Daily Mirror o L’Espresso, para regresar a su país el mismo año en que los españoles nos pronunciamos inequívocamente a favor de nuestra Constitución, formando parte del Grupo 16 desde entonces hasta su disolución. Los lectores del Washington Post, Le Monde, Herald Tribune o Paris Match han podido sonreír alguna vez con sus viñetas, su obra está expuesta en el Museo del Humor de Basilea o en la Biblioteca de Documentación Internacional de París, ha diseccionado con humor los entresijos de la vida en pareja y se ha significado por su apoyo –gráfica y emocionalmente comprometido- a las causas de organizaciones como Amnistía Internacional y Reporteros Sin Fronteras. Y esto sólo es un resumen de una intensa y extensa actividad. Quienes se pregunten qué se necesita para ser dibujante en un periódico, ya lo saben: entregarte por completo a una pasión y trabajar mucho.
El próximo día 28 de Febrero, Día de Andalucía, Juan Ballesta recibirá la distinción honorífica que reconoce su meritoria labor profesional, y en recuerdo de alguno de sus dibujos bien podríamos decir que el honor ha sido nuestro.
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