La Andalucía que viene

Luis Rogelio Rodríguez-Comendador Pérez
Alcalde de Almería

La celebración cada 28 de Febrero del Día de Andalucía nos brinda una excelente ocasión para reflexionar sobre lo que significa ser andaluz y qué es lo que podemos hacer para que Andalucía se proyecte en el conjunto de la nación española como una comunidad próspera y cargada de futuro. Para ello, creo que debemos conocer bien lo que representa Andalucía: la singular riqueza de su patrimonio monumental e histórico y la variedad de sus paisajes naturales; su decisiva aportación a la cultura española y europea; el profundo arraigo de sus costumbres y tradiciones populares; el ingenio y la creatividad de sus gentes; la pasión por vivir y la facilidad para convivir de esta sociedad, honrosa heredera de las principales civilizaciones antiguas del Mediterráneo.

Este cúmulo de experiencias y sabidurías ha enriquecido el pasado y el presente de Andalucía. No en vano, el próximo año conmemoraremos el Bicentenario de la Constitución de Cádiz de 1812, un documento clave para entender no sólo la historia moderna española, sino para establecer un punto de partida del constitucionalismo moderno a los dos lados del Atlántico. En la concepción y articulación de ese texto, Andalucía y los andaluces tuvieron un peso determinante. Del mismo modo, durante el último cuarto del siglo pasado, Andalucía ha sabido elaborar proyectos innovadores que han favorecido la dinamización de su economía y su cohesión social, sin perder sus señas de identidad ni su firme voluntad de asumir los compromisos que su peso demográfico, geográfico y económico conllevan en pro del conjunto de los españoles. Y creo que es hacia este horizonte hacia donde debemos dirigir todas las miradas.

Ocho millones de andaluces nos encontramos en el arranque del siglo XXI, en un momento que es, a la vez, delicado por la situación de crisis económica y desempleo que afecta ya a más de un millón de andaluces, pero que también resulta ilusionante porque estoy seguro de que todos ustedes comparten mi convencimiento sobre la capacidad de los andaluces para poder superar esta coyuntura desfavorable y poder poner al servicio del futuro colectivo las enormes potencialidades de Andalucía.

Pero no podemos ocultar los problemas y retrasos que todavía arrastran algunas zonas de Andalucía, y de modo muy especial Almería. Baste señalar el dato de que nuestras ocho provincias aún no están totalmente conectadas por autovía. Si añadimos a eso los desequilibrios en transporte ferroviario y la escasez de transporte aéreo, seguiríamos hablando de la Andalucía de 2011. Y si hablamos de la comunidad con los mayores índices de paro y fracaso escolar, también estaríamos hablando de Andalucía.

Estoy convencido de que el futuro de Andalucía tiene una cita muy importante el próximo mes de mayo. Y el futuro no sale a buscar a aquel que se sienta a esperarlo. El futuro es algo que se conquista con trabajo, con constancia, con unidad de propósito, con determinación, y con liderazgo. En los últimos años la ciudad de Almería ha dado un paso de gigante en su transformación política, económica, social y cultural. Esa transformación de nuestra ciudad nos enorgullece a todos.  Pero esa transformación no es un punto de llegada. No lo es nunca. Por eso, me siento orgulloso de afrontar el reto de seguir diseñando desde la alcaldía el futuro que queremos para Almería y también para el resto de Andalucía.

Desde Almería, queremos convocar a todos los andaluces a una tarea marcada por el compromiso, la dignidad y la transparencia. Por la necesaria renovación y por la lógica necesidad del cambio político como impulso necesario para mejorar nuestra comunidad.

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