La ideología es un traje que oculta más que muestra

Laura R. Carretero

Candidata de UPD a la alcaldía de Almería

Si a inicios del siglo pasado y en plena vigencia de las dos grandes filosofías económicas y sociales, los partidos hacían gala de éstas y su convencimiento hacia ellas, hoy todo es relativismo y semántica; en este contexto nace UPD como partido de ideas, no ideológico. Es frecuente que los ciudadanos se pregunten si tal o cual partido es de derechas o de izquierdas; lo cierto es que esto es una reminiscencia del siglo pasado en el que los partidos eran ideológicos fundamentalmente. Bueno, los partidos también podían ser nacionalistas.

A primeros del Siglo XX, la discusiones políticas se centraban en el terreno ideológico. Las dos grandes teorías económicas, el capitalismo y el socialismo, estaban en conflicto y los argumentos teóricos del socialismo eran contestados por el capitalismo en base a sus actitudes prácticas (falta de libertad, menor nivel de desarrollo, etc.). En cuanto al capitalismo, que mostraba sus logros como el gimnasta que muestra bicet ante un espejo, tenía que justificar o repartir sus logros para evitar ser criticado por la parte contraria.

De esta situación hemos pasado a partidos en los que la ideología se ha convertido en un traje, un buen traje impermeable que oculta más de lo que muestra. Solo así puede entenderse que la señora Merkel, canciller alemana de posiciones democristianas, con un programa que en lo esencial se parece a un programa socialdemocrata gane las elecciones en Alemania; o que  partidos  tales como Reagrupación Constitucional Democrática (RCD) o el Partido Nacional Democratico, el primero perteneciente al depuesto Zine el Abidine Ben Alí (presidente de Tunez) y el segundo a Hosni Mubarak (depuesto como presidente de Egipto), hayan estado sentados en la Internacional Socialista. O que nuestro presidente, con un programa socialista, haya llevado al parlamento leyes de marcado carácter capitalista y de defensa de la banca, leyes contrarias al poder adquisitivo de pensionistas y trabajadores, leyes que recortan derechos adquiridos por los trabajadores o que reducen las libertades públicas o la libertad de expresión.

Ah, y todo no puede ser un problema semántico (una forma de hablar que hay que corregir o perpetuar, según se mire); no es relativo (como nuestros políticos tradicionales nos quieren hacer creer), es un problema real, que afecta a la gente real. y que está cambiando “EL ESTADO DEL BIENESTAR” por otro llamado “ESTADO DEL CAPITAL”; y los ratios de educación, sanidad, cultura, etc., por otros de nombre menos común, PIB, deuda pública, índice bursátil, interbancario, bonus malus, etc.

En este contexto los partidos antes ideológicos han pasado a convertirse en partidos producto. Y el ciudadano ha pasado de ser sujeto al cual había que mejorar en sus condiciones de vida en sujeto necesario para perpetuarse en el poder, y por tanto, en lugar de elevar sus condiciones de salud, alimentación, vivienda, culturales, sociales, etc, los partidos tienen que satisfacer sus necesidades inmediatas y si es posible reducirlas de forma que cuanto menos costosas tanto mejor para todos. Bueno, para todos ellos (los políticos tradicionales), claro. De aquí viene bien que se prohíba el tabaco que enferma los pulmones, pero no prohibamos la telebasura que enferma la mente, aquí viene bien los logros deportivos y mal los logros educativos (algo más caros y que demandan esfuerzo de los ciudadanos), aquí viene bien las ayudas incontroladas y mal el trabajo planificado.

En este contexto, nace UPD (Unión Progreso y Democracia), que, como un compañero escribía no es ni de derechas ni de izquierdas.

En todo caso, lo primero que me gustaría resaltar es que no nacemos ni de izquierdas ni de derechas, que ninguno tiene una señal, una marca que le obligue a votar al PSOE o al PP o a cualquier otro partido. Somos ciudadanos obligados cada cuatro años a decidir quién o qué debe aglutinar el esfuerzo de todos (la voluntad, los impuestos, el poder, los medios…) para conseguir que los ciudadanos vivamos mejor hoy que ayer, y mejor mañana que hoy.

En este contexto de libertad queremos participaros nuestras ideas y convenceros de que somos las personas que pueden y van a cambiar el sistema. Que no somos “los mismos”, que somos “los otros”, somos un grupo de vosotros que ha dado el paso para cambiar el modelo político, para quitar a la política y a los que la ejercen (la ejercemos) los privilegios que se han otorgado,  la irresponsabilidad con la que pueden actuar, la impunidad de que se han investido, la demagogia de la que hacen gala. Somos el partido que puede y quiere que los políticos se jubilen con las mismas condiciones que el resto de los españoles, el partido que quiere que los mandatos de los políticos no excedan de ocho años, que la educación y la sanidad vuelvan a ser nacionales (porque el sistema está dando las generaciones peor formadas), que los fiscales no sean un títere del gobierno, que los periodistas sean libres (no sujetos a las editoriales públicas o subvencionadas).

Somos el partido que quiere devolverte la confianza en las instituciones (porque busquen el bien común y no la cercanía a un golpe de ratón), la confianza en los servidores públicos (porque deben ser responsables y capaces; y sujetos a responsabilidad), la que busca confianza, como base para las relaciones entre los ciudadanos y de estos con las instituciones públicas y privadas, la que no te va a decir “hay que tomar decisiones difíciles” cuando éstas solo te afectan a ti, solo afectan a los más sensibles, a los más necesitados; somos el partido que no quiere consentir que se destruya “el Estado del Bienestar” y se instaure “el Estado del Capital. No somos ni de derechas ni de izquierdas, somos LOS PROGRESISTAS, somos la marea magenta.