Javier Aureliano García
Secretario Provincial del Partido Popular
Sólo el paso del tiempo nos permitirá establecer en su totalidad el daño y el descrédito que para la Diputación Provincial de Almería está suponiendo el paso del Partido Socialista por sus órganos de gobierno. Sin embargo y aunque todavía no podamos conocer con detalle el alcance del perjuicio que la actuación de los socialistas está causando en el organismo provincial, lo que todo el mundo puede ver es que jamás algunos llegaron a tanto, ni la Diputación a menos. El último episodio de la deuda impagada a la compañía alemana Air Berlín no viene más que a sumarse a la lamentable secuencia de despropósitos y trapacerías urdidas por los responsables socialistas de Diputación con el único fin de procurar beneficios políticos, cuando no económicos, al partido, a destacados militantes, a afiliados, familiares o amigos.
Como todos ustedes saben, los responsables de la compañía aérea alemana han confirmado un dato que hace unos meses puso de manifiesto el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, cuando éste mantuvo algunos encuentros de trabajo con los empresarios alemanes para tratar de favorecer la llegada de turistas alemanes a Almería. En esas reuniones, los alemanes dijeron al alcalde que no iban a trabajar con ninguna institución provincial hasta que la Diputación saldase una deuda de 48.000 euros que tenía pendiente.
Cuando el alcalde manifestó este hecho, faltó tiempo para que los responsables políticos e incluso algún técnico, salieran a la palestra a decir que lo que decía nuestro alcalde era falso y no era más que un invento. Es más; llevados de esa prepotencia y arrogancia que caracteriza a los que se creen intocables, llegaron a despreciar a los responsables de la compañía aérea, asegurando que los alemanes desconocían la complejidad de los trámites administrativos de una institución tan seria y transparente como la Diputación.
Pues bien, cuando los alemanes se quejaron públicamente de la deuda que tenían con la Diputación, el señor Usero, tan buena persona como mal presidente, hubo de admitir que la deuda existía y que “se estaba tramitando”. Es decir, que la deuda no era un invento del alcalde. La deuda era real. Y lo más gracioso es que, veinticuatro horas después de las declaraciones del señor Usero, la deuda fue pagada rápidamente, a pesar de esos trámites tan respetuosos con la transparencia y la legalidad. Me pregunto, por cierto, si ese acelerón para satisfacer la deuda habrá salvaguardado los trámites y preceptos que los excelentes funcionarios de la Diputación mantienen o habrá sido una decisión política del equipo de desgobierno provincial.
Lo más grave de este asunto no es la cuantía de la deuda, sino la demostración de los usos y maneras de este grupo de nefastos gestores socialistas que han conducido a la Diputación Provincial a una situación de pérdida de prestigio y autoridad ética sin precedentes, o que los empresarios alemanes piensen, por culpa de estos irresponsables, que todos los almerienses somos igual de malos pagadores. Lo peor es que comprobamos una vez más que los socialistas van a dejar en la Diputación la huella de una gestión infame, marcada por el sectarismo y el tejemaneje político. Ahí queda para el bochorno colectivo el recuerdo de ese equipo de gobierno títere del PAL formado por tres tránsfugas, o el inolvidable escándalo de los asesores.
Al señor Usero le quedará el triste honor de haber sido probablemente el primer ciudadano español en contratar como asesor personal a personas que no le conocían a él personalmente. Esto, que parece un galimatías, se entiende fácilmente con una imagen gráfica: la del señor Usero sosteniendo un teléfono conectado con la sede del PSOE almeriense y diciendo, “señor, sí señor”. Me pregunto si una persona que ha acreditado semejante nivel de pulcritud institucional y respeto formal por las decisiones administrativas está legitimada para aspirar a cargos tan importantes como el de alcalde de la capital.
No sé qué pensarán ustedes, pero a mi me preocuparía tener como alcalde a alguien que ha consentido tantos disparates a su alrededor. Y es que el verdadero invento en Diputación ha sido sostener al señor Usero como presidente todo este tiempo.
José Carlos Dopico será como Pepe Añez, y os dejará tarde o temprano. Es un mal político y un mediocre y mezquino. Todo el día criticando al Equipo de Gobierno, que vergüenza. Javier échalo del PP., antes de que sea tarde.
ResponderEliminarVecinos de Nueva Almería