Luz del Amanecer que va directo al corazón: Rubén Martín

Macarena Ruiz Esquinas
La Opinión de Almería
Si relacionamos poesía y emociones, es natural que comencemos a pensar que es un canal de expresión y comunicación más. Sin embargo, todo el mundo no tiene espíritu creativo en las artes. Hay quien tiene esa fuente de creatividad en la informática, o en los deportes o en las ciencias o en cualquier faceta de nuestra vida en la que podamos desarrollarnos o sólo practicarlos como hobbies. Pero no hay nada comparable con sentirse único y especial y encima que te valoren tu fuente creativa, como en este caso es la Poesía.
Rubén Martín, poeta y traductor granadino, ayer en los Banderines del Zaguán, deslumbró con una odisea de palabras unidas en versos encadenados que dejaban al placer del lector un gusto exquisito por escuchar más poemas del autor. Es como disfrutar de un plato delicioso elaborado de las manos del mejor chef y acompañado de un buen vino. Donde cada ingrediente deja al paladar sensaciones únicas y, en este caso, el ingrediente mágico era la inspiración, y los demás ingredientes eran emociones expresadas en palabras, versos, poemas sentidos desde el corazón, desde el alma. Y el vino, la esencia de la vida, la que marca nuestras experiencias, todo unido, al alma del poeta.
Una atmosfera musical mágica, originada por el artista granadino Raúl David Navarro, hacía brillar los poemas recitados por Rubén Martín. Un poeta que, en tres palabras, habría que definir como  “natural, sincero y luz”.  “Luz del amanecer que va directo al corazón”.                                              


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