Luis Rogelio Rodríguez- Comendador Pérez
Alcalde de Almería
La globalización ha hecho cambiar nuestra sociedad. Ahora vivimos más y, por tanto, necesitamos más atenciones y prestaciones. Una de las tareas de las administraciones, en este caso del Ayuntamiento como institución pública más cercana a los ciudadanos es, siempre dentro de sus posibilidades, hacerse cargo, cuidar y mejorar las condiciones de vida de los que menos tienen y más ayuda necesitan, especialmente en estos momentos de crisis económica. Aunque siempre he pensado que la mejor política social posible es la creación de empleo y que es necesario devolver a España y Andalucía a la senda de crecimiento y empleo que caracterizó los años de Gobiernos populares, las administraciones debemos afrontar y desarrollar políticas sociales que se adapten a las nuevas realidades sociales y a las diferentes formas de trabajo y convivencia familiar que se dan en nuestra sociedad.
Desde el Ayuntamiento de la capital hemos venido apostando claramente, desde que soy alcalde, por el desarrollo de este tipo de políticas, especialmente necesarias en unos momentos complicados para muchas familias almerienses y para muchas otras personas que han decidido venir a Almería. Entiendo que la inmigración es uno de los grandes retos del siglo XXI y que es también una oportunidad para el desarrollo común, tanto para los que vienen a Almería como para los que estábamos aquí antes. Esta reflexión pude compartirla hace unos días con un grupo de inmigrantes en la Unidad de Trabajo Social del Ayuntamiento ubicada en la calle Francisca Jiménez, en la que estábamos viendo el resultado de unas obras de remodelación que habíamos llevado a cabo.
Tal vez muchos de ustedes desconozcan la labor que realizan las cinco unidades de trabajo social del Ayuntamiento, pero créanme si les digo que me siento orgulloso del trabajo de todas las personas implicadas en estas unidades acercando los servicios sociales a una media de 7.000 personas al año, generando conciencia social ante los problemas más graves de su ámbito de actuación, fomentando la participación y facilitando la integración de los inmigrantes. Mi reconocimiento también a los miembros de la asociación de voluntariado social y cultural ‘Amoronía’, gracias a la que se desarrollan 40 talleres para todas las edades de manualidades, memoria, informática, inglés, español para inmigrantes, restauración, pintura, o cocina, por los que semanalmente pasan unas 700 personas.
Todos estos programas de cooperación social del Ayuntamiento, aplicados en colaboración con más de 40 instituciones, entidades y asociaciones sin ánimo de lucro, nos permite poner especial atención en los menores con proyectos socioeducativos permanentes para aquellos que estén en situación de riesgo. Del mismo modo, quiero destacar que hace unos días el Ayuntamiento ha puesto en marcha el Primer Plan Municipal de Discapacidad de Almería, centrado en la integración de las personas con discapacidad. Estos ciudadanos no sólo tienen el derecho a que desde las administraciones se oferten actividades adaptadas para ellos, sino que ha llegado el momento de que sean en la medida de lo posible parte activa de las actividades deportivas, culturales o turísticas que el Ayuntamiento oferta a los almerienses. Este enfoque, que pone una vez más a la Ciudad de Almería a la vanguardia de las Políticas Sociales, se lo debemos al intenso trabajo que todos los colectivos de la ciudad vienen realizando en este campo de forma desinteresada y altruista, conformando los cimientos sobre los que se edifica la acción social de nuestro Ayuntamiento.
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