Todos somos Dopico

Soledad Martínez

Secretaria General de Juventudes Socialistas de Almería capital

Hay actitudes de las personas que no dejan de sorprenderme. Si a ustedes les dijeran que, con los problemas que tienen los ciudadanos, hay políticos que sólo están preocupados por seguir ocupando el escaño de concejal… les sonaría seguro a que algún concejal de la actual Corporación Municipal está acusando a un compañero o compañera de mi partido, el Partido Socialista. Pues no, señores, se trata del señor Dopico, actual concejal de Seguridad Ciudadana del Partido Popular en la capital, que en vez de estar preocupándose de ésta, se preocupa de seguir siendo concejal.

Todos somos Dopico, porque visita todas las asociaciones de vecinos de los distintos barrios de la ciudad, pero no para saber las necesidades de los ciudadanos o para ver en qué estado se encuentra el barrio, sino pidiendo apoyos para seguir siendo concejal. Envía cartas pidiendo el apoyo a los medios de comunicación y, además, hace entrevistas y dice públicamente que quiere repetir. La verdad, he de decir que en mi vida me había encontrado un ‘personaje’ similar. Es más, creo que después de la súper campaña personalista que se ha hecho, el alcalde debería volver a ponerlo en su lista como candidato a concejal, pero de número dos.

Ha sido de los concejales más trabajadores de este mandato, se ha dedicado estos casi cuatro años a cambiar el sentido de las calles y volver locos a los ciudadanos cuando circulamos. Insisto: esta gran actuación del señor Dopico debe servir para repetir como concejal. Pero con una gran diferencia: que a partir del 22 de mayo será concejal viceportavoz en la oposición.

Vivimos unos momentos muy difíciles para la ciudadanía. Los socialistas nos preocupamos por los ciudadanos que más nos necesitan, estamos intentando con medidas concretas desde la Junta de Andalucía y del Gobierno Central que los sectores más castigados por esta crisis mundial salgan cuanto antes de ella y, mientras, esta derecha rastrera que intenta llegar al poder, aprovechándose de la mala situación de las personas, sólo se dedica a criticar y a mirar sus intereses personales para seguir ocupando puestos de responsabilidad pública.