Joaquín Jiménez
Secretario de Información del PSOE de Almería
Esa es la cantidad que el Gobierno de España ha invertido en la ciudad de Almería durante los años 2009 y 2010 en obras que el Ayuntamiento ha entendido que debían de ejecutarse para mejorar equipamientos. Se trata de unos fondos específicos cuyo objetivo era dinamizar la economía municipal y fomentar la contratación de desempleados de la construcción, el más damnificado por la crisis.
Y aunque el cuerpo me lo pide no voy a malgastar ni una línea criticando la escasa repercusión que dicha medida ha tenido en el empleo, entiendo que ha quedado evidenciado en los municipios, como Almería, gobernados por el PP. Sí quiero poner el énfasis en la relevancia que ha supuesto esta inyección de dinero en decenas de obras repartidas por el término municipal de Almería decididas por el ayuntamiento y pagadas por el Gobierno de España en diferentes adecuaciones de calles: Murcia, Alcalde Muñoz, Santos Zárate, Javier Sanz, Marqués de Comillas; reformas de barriadas como Regiones, Quemadero, Ciudad Jardín, Ángeles, Cruz de Caravaca, Torrecárdenas; actuaciones en viales como Federico García Lorca, Zapillo, mejora de accesos en el Puche o la rehabilitación del puente de Los Molinos; así como pistas deportivas en Los Ángeles, El Toyo, instalación de césped artificial en Cabo de Gata ó los nuevos vestuarios y pistas de pádel del Rafael Andújar. Por no hablar del nuevo alumbrado en la Almadraba de Monteleva, El Toyo, fuentes públicas y las obras de mantenimiento en distintos centros de Primaria, la ampliación de la escuela infantil de Los Almendros, reformas de centros de servicios sociales de Rambla Belén, Nueva Andalucía, La Cañada y la construcción del moderno centro cívico-social de Cortijo Grande con una inversión de más de un millón trescientos mil euros ó la necesaria intervención en la zona baja del barrio de Villablanca con cerca de cinco millones de euros.
Todas estas obras y algunas más que me dejo en el tintero, por falta de espacio, jalonan las múltiples y variadas obras municipales que se han ejecutado o se están ejecutando gracias a una iniciativa burdamente criticada por la derecha de este país y que hoy, aquí y ahora, reivindico en defensa de un Gobierno que se ha visto abocado a sortear la crisis más dura jamás conocida mientras que otros, y no lo censuro, recogen las mieles de una coyuntura que a pesar de ser muy delicada ha permitido que este Ayuntamiento haya vivido la época inversora más productiva de la democracia, que ya hubiesen querido para sí los gobiernos municipales de Santiago Martínez Cabrejas ó Fernando Martínez; quienes a pesar de todo tuvieron gestos políticos de largo recorrido que sin esos 53 millones de euros emprendieron retos hoy nada discutidos.
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