Aceites y vinos de Almería

Juan Torrijos
Periodista

Hemos vivido una edición más de la Cata de Benahadux, y los hermanos Salas y sus compañeros triunfando como cada año. Justo reconocer que el alcalde se ha tomado el evento muy en serio y que le viene prestando la atención necesaria. Arrima el ascua a su sardina política, no hay político que no lo haga, pero eso no quita el esfuerzo para mejorar la cata en cada edición.

Fue un buen momento para hablar de nuestros vinos y nuestras bodegas, en torno a veinte las que pisan vinos de una manera oficial. Y se llega a la conclusión de que la historia económica no está tan bollante como nos la quieren vender algunos. La mayoría de las bodegas al borde de la ruina, y haciendo malabarismos para salir adelante. Agricultores recibiendo cada año menos por su uva, y rumores de que llegan kilos de otras comunidades a precios más baratos. Y en medio la sensación de que los precios de los vinos de Almería están por encima de sus posibilidades de venta, lo que los hace poco competitivos.

Panorama complicado el que nos cuentan. Bodegas que se cierran o se alquilan, vino que se almacena o se vende a empresas de Murcia a veinte céntimos el litro, o botellas en oferta a un euro en almacenes. Y por si faltaba algo: agricultores a los que se les debe la cosecha de años atrás y que anuncian que van a quitar las viñas.

No anda mejor la historia de las almazaras. Las pequeñas SAT andan a trancas y barrancas, las grandes y famosas con el agua al cuello y esperando cualquier día de éstos el barquinazo o la venta a algún inversor. La más famosa ha estado a punto de hacerlo, pero no se ha llegado al acuerdo final.

La Cata de Benahadux sirvió para darle un repaso al sector, disfrutar de la ilusión de los aficionados al vino y compartir los Salas un rato de amistad.
(www.lavozdealmeria.es)

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