Juan Torrijos
Periodista
Los almerienses tenemos la tasa de alcoholismo más alta de Andalucía. Así nos lo cuentan los estudios realizados en nuestra comunidad sobre el consumo de alcohol. ¡En algo teníamos que ser los primeros! Dicen que la culpa la tiene la tapa, ¡pobrecita!, mira que culparla a ella de que los ciudadanos nos dediquemos a apoyar el codo demasiadas horas y todos los días en los mostradores de nuestros bares y disfrutar de tan exquisitos momentos.
No hay duda de que un rato de charla con los amigos, una copa de buen vino de la Ribera del Andarax a paladear y una de chopitos a la plancha a disfrutar se convierte en un gran momento, por no decir el mejor momento del día tras el trabajo. (Ojo, estamos hablando de momentos gastronómicos, no de otros más íntimos y placenteros con la piel como protagonista). Los hay que prefieren creer que es culpa de nuestro clima, benigno él, que nos lleva a estar en las calles más tiempo que al resto de los vecinos, y una vez en ellas, el bar sigue siendo el mayor reclamo que tenemos. ¡El que no se consuela es porque no quiere, oiga!
Los médicos nos recomiendan la ingesta de alcohol siempre que sea con moderación, y uno tenía la impresión de que los almerienses vamos a los bares más que a beber vino a tomar las ricas “patatas a lo pobre” del Quinto Toro, y si son acompañadas con un huevo frito, manjar de dioses por mucho que algunos nos quieran llamar ladinamente “Borrachos”.
(www.lavozdealmeria.es)
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