Javier Salvador
Director de Teleprensa
Un pleno del gobierno de una ciudad puede dar para mucho o para mucho más, y este último caso fue el que ocurrió el jueves en Almería, porque al final se nos van a caer por los suelos ciertas verdades que teníamos asumidas. La primera, por ejemplo, que el equipo de gobierno está cohesionado, unido y apegado a su alcalde, pero no pareció que ayer fuese así con el enfrentamiento entre el primer edil y su concejal de Seguridad y Movilidad, a quien literalmente humilló públicamente y creo que con la intención de demostrar que es él, Luis Rogelio Rodríguez, quien manda en el salón de plenos y en el Partido Popular.
Dopico es el concejal díscolo, de los que se creen aún que los cargos los desempeñan personas que han trabajado para el partido al que representan a las duras y a las maduras. Debe creer, además, que los sistemas democráticos existen y que los grupos políticos no son dictaduras, y ayer recibió todo un trimestre avanzado en formación sobre estos conceptos. El concejal en cuestión llevaba una normativa sobre conducta ciudadana que el alcalde retiró sin más contemplaciones pese a que cuenta con la mayoría absoluta del pleno. Decía que quería consenso, pero buscaba dar una lección.
El concejal en cuestión se ha dedicado en los últimos meses a buscar el apoyo de las organizaciones vecinales y militantes de su partido para que el alcalde se entere de que quieren que repita en la lista para las próximas municipales, pero Luis Rogelio no cuenta con él y ayer se lo dejó bien claro.
Dopico es el concejal díscolo, de los que se creen aún que los cargos los desempeñan personas que han trabajado para el partido al que representan a las duras y a las maduras. Debe creer, además, que los sistemas democráticos existen y que los grupos políticos no son dictaduras, y ayer recibió todo un trimestre avanzado en formación sobre estos conceptos. El concejal en cuestión llevaba una normativa sobre conducta ciudadana que el alcalde retiró sin más contemplaciones pese a que cuenta con la mayoría absoluta del pleno. Decía que quería consenso, pero buscaba dar una lección.
El concejal en cuestión se ha dedicado en los últimos meses a buscar el apoyo de las organizaciones vecinales y militantes de su partido para que el alcalde se entere de que quieren que repita en la lista para las próximas municipales, pero Luis Rogelio no cuenta con él y ayer se lo dejó bien claro.
Pero el pleno dio para mucho más, porque la otra gran cuestión fue descubrir que el Ayuntamiento, que dice tener dinero, resulta que no paga a la concesionaria de los servicios de la ciudad digital, Telvent, porque no está conforme con los trabajos que hacen. Y aquí hacemos un alto en el camino.
Telvent es una empresa del Grupo Abengoa, que a su vez es la propietaria de Elsur, la sociedad sobre la que gira la Operación Poniente. Al igual que el Ayuntamiento de El Ejido no le paga a su concesionaria, el de Almería hace lo mismo, pero no hemos visto a Telvent demandar al consistorio capitalino cuando son ya unos cinco o seis años de incumplimiento reiterado. Algo se nos escapa.
Abengoa llegó a Almería para crear Elsur de la mano de José Alemán, socio del alcalde de Almería en una empresa consultora o de gestión, según consta en la documentación aportada por el PSOE en su momento. Y Telvent llegó de la mano de Luis Montoya, intimísimo de los dos, que anda llorando por las esquinas de las barras su caída en el ostracismo y rajando de Gabriel Amat y del candidato del PP en El Ejido, porque ya nadie le quiere a su lado.
Pero fue Megino quien aprobó, de buen grado, la contratación de la Ciudad Digital, que en sí era un proyecto con unas perspectivas espectaculares, pero, pasada la necesidad que tenía el de GIAL respecto a socios para los Juegos del Mediterráneo, todo se quedó en nada. Poco más que una web, semáforos y panales que poca información útil aportan.
Así que, con un PP que muestra sus divisiones en el pleno y las deudas que empiezan a salir, igual en pocos meses empezamos a enterarnos de otra realidad muy alejada de esa que nos intentan vender. Y no olvidemos una cosa: que el PP ya no tiene a GIAL para pactar un gobierno municipal. Es decir, que si no consigue la mayoría absoluta tan sobrada que auguraba Gabriel Amat, igual fallan las estrategias.
JOSE CARLOS DOPICO ES UN TRAIDOR, PREPOTENTE, SOBERBIO Y ORGULLOSO. NO SABE DIALOGAR. QUE DIMITA. DOPICO VETE DEL PP AL GIAL COMO CABEZA DE LISTA A VER CUANTA GENTE TE VOTA.
ResponderEliminarQUE SE VAYA AL GIAL, CON JUANITO MEGINO. NO LO QUEREMOS EN EL PARTIDO POPULAR.
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