De las piedras y el tejado, el color del cristal

Luis J. Pasamar
Comentarista político

Para qué voy a contar la que están liando los educados y modositos conservadores españoles con las medidas de ahorro energético, sobretodo con reducir en 10 kilómetros por hora la velocidad máxima en autovías y autopistas. Y es que desde que Einstein formuló su famosa teoría de la relatividad ya nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.

Acabo de enterarme que el Secretario Provincial del PP de Almería se ve que como ha estudiado letras, de números va más bien “cortito”, pues la reducción de esos 10 kilómetros por hora en autovías le hace perder una hora al ir hasta Madrid, y esto es sin contar el tiempo de vaciar o llenar el depósito correspondiente, caso de necesidad, y se supone que en el caso de un “viaje perfecto”, puntualizo, sin tener que disminuir la velocidad reglamentaria por ninguna causa.

La verdad es que tirando de calculadora apenas me sale media hora de diferencia, tratándose del mismo “viaje perfecto”. De esto viene lo que decía del color del cristal.

Bueno, pues entre sus compañeros de partido hay quien apunta la idea de subir la velocidad máxima hasta los 160 kilómetros por hora, lo que todos sabemos el ahorro de combustible que supone, claro que si recordamos que durante los ocho años que tuvieron la responsabilidad de gobernar ahorraron tanto en el mantenimiento de carreteras y autovías que la propia UE nos tuvo que llamar la atención, pues puede ser una forma un tanto irresponsable de disminuir el paro y crear puestos de trabajo de cuidadores y monitores de damnificados por el tráfico.

Pero para datos curiosos vaya el siguiente, pues en la Ley 34/1998 de 7 de octubre, “Ley del Sector de Hidrocarburos”, en el Artículo 49 preveían la posibilidad de limitar la velocidad en las carreteras, además de limitar la circulación de cualesquiera tipo de vehículos, e incluso intervenir los precios de venta al público de los productos derivados del petróleo. En 1998 el Gobierno que tuvo tal “ocurrencia” era del PP. Claro, que el barril de petróleo estaba al desorbitado precio de 10 dólares.

Pues va a ser que la ocurrencia, si lo es, lo es del PP, y la piedra que han tirado les ha caído en su propio tejado.

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