Director de La Cimbra
Pepe Fernández es un todoterreno del periodismo. Director de Onda Cero Andalucía, sus inquietudes periodísticas no tienen límites: informador, articulista, tertuliano, entrevistador, bloguero… y todos los palos que toca los toca bien. Es un periodista de vocación, que se decía antes, cuando el oficio de periodista tenía perfectamente delimitadas y establecidas sus reglas. Conservador de las viejas esencias del periodismo, desde el primer momento ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos de la innovación siendo un abanderado del uso de las redes sociales. Sus artículos de opinión, que ahora nos presenta en todos los formatos, son auténticos trabajos de periodismo de investigación.
Desde la UCI , donde ahora se encuentra, Pepe no ha querido, o tal vez ni siquiera ha podido, desprenderse de un solo gramo de su condición de informador. No sé, pero es que yo me estoy esperando que nos ofrezca en directo hasta su propia operación. La primera noticia de su situación la conocimos el pasado día 18 de marzo, cuando en la red nos encontramos un mensaje que nos dejó helado el corazón. Decía así: “No puedo hablar, alguien lo hace por mí. Estoy en la UCI tras sufrir un infarto de miocardio. Os mantendré informados. Besos. Pepe”. Un día después, el mensaje era: “Pasadas las primeras veinticuatro horas siglo estable del infarto. Muchas gracias por vuestros mensajes, ánimos y felicitaciones. Un beso desde la UCI ”.
Tanto Factbook como Twitter se convirtieron de inmediato en un inmenso caudal de expresiones de ánimo para el periodista, que el día 20 volvió nuevamente a tranquilizarnos: “Tercera noche en la UCI coronaria, atención exquisita, evolución buena según los médicos. Gracias por vuestros mensajes. Bs fuerte”.
El día 23 Pepe nos envió su último mensaje: “Hola, amigos, quinto día en la UCI de Coronaria entre algodones. En días vuelvo a quirófano. Sé que estoy en buenas manos, las mejores. Gracias”.
Los amigos, los compañeros, los lectores y oyentes de Pepe estamos a reventar de los nervios. Desde el 23, su Twitter ha enmudecido. Tenemos mil y una razones para pensar en positivo. Pero nos falta su mensaje de esperanza. Nos falta su última crónica, esa que transmite la actualidad, el momento, y que él tanto quiere. Seguimos esperanzados con tu evolución, Pepe. Y ánimos, muchos ánimos. Y si por unos días tienes que arrumbar tu vocacional oficio, que no pasa nada, Pepe, que lo importante es que salgas de ahí con el mismo ánimo luchador que siempre has tenido. Y que siempre vas a tener.
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