El desmantelamiento de la Cámara de Comercio

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Ya se va consumando el desmantelamiento de la Cámara de Comercio. A los ocho despedidos del paso mes de julio, le siguen otros siete (que serán nueve tras la Expoagro) que dejan a la institución cameral en condiciones de camareta de amiguetes. No se entiende que, como prestadora de servicios, la Cámara se desprenda de su principal capital para el desarrollo de sus funciones. Por otro lado, se mantienen puestos de trabajo de carácter gerencial cuando hay poco que gestionar, salvo los despidos… y de manera bastante cuestionable; sin ir más lejos -comenta uno de los despedidos- se ha indemnizado a una compañera que acordó baja voluntaria con 45 días; y, claro, se rumorea que tal gracia se otorga por ciertas afinidades afectivas (…).

Poco futuro se adivina en la Cámara de Comercio cuando su reto inmediato es el de ofrecer una alternativa a su más inmediata “competencia”: Asempal. No olvidemos que la Cámara disfrutaba de una posición de privilegio al recibir subvenciones y cuotas obligatorias y universales de todas las actividades empresariales. Ahora, cuando las cuotas serán voluntarias, su papel se aproxima al de una asociación de empresarios al uso y, existiendo Asempal, su futuro y subsistencia se resume al reparto de la tarta empresarial en base a compromisos y algún que otro impuesto “revolucionario”.

Desde luego, no se ha podido realizar el proceso de reconversión de las cámaras en peor momento y con peor criterio. No obstante, los servicios prestados no tienen precio, y el intervencionismo político habrá compensado las ambiciones de los que han estado en lugares preeminentes para promociones personales y profesionales… que en el cuerpo lo llevan.
(http://noticiasdealmeria.com/noticia/53664/Antonio-Felipe-Rubio/desmantelamiento-cámara.html)

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