Macarena Ruiz Esquinas
La Opinión de Almería
Cuando nadie te ayuda y te has quedado más sola que la una, vienen los llantos y los nervios. Pero si tienes una autonomía económica, todo se pasa y las penas con pan son menos penas. Pero ser dependiente y tener que combatir el miedo de decidir qué hacer con tu vida, en un momento de dolor que no cesa, que te llueven hostias por todos lados, parece que te estaban esperando... hay que ser perseverante, guardar la calma e insistir y escribir en un papel las personas que te están ayudando. No sé cómo lo estarán pasando algunas personas… otras estarán mejor, supongo, pero yo las estoy pasando putas. Creo que son años que entran dentro del recuerdo de la persona, donde dice: a mí… me costó encontrar mi camino, a mí me fue genial, a mí fatal, a mí….
Sin embargo, al escribir, una siente que es la persona más poderosa de este mundo, sí. Se siente auténtico y lo mejor, una persona libre. Cuando escribo, en mi caso, suele ser sobre algo que me ha llamado la atención. Si no, lo dejo pasar y a otra cosa, sea artículo, cuento, poesía… es una inquietud nata, sin ser escritora, ni periodista.
Me gusta resaltar lo mejor de esa actuación, persona o lo que mi instinto me dicta, sin juzgarla. Cierro los ojos, pongo música de fondo y me dejo llevar por lo que he vivido en ese momento. Son percepciones increíbles. Aunque también hay algo de mí que quiere ayudar a los demás, a resaltar sus cualidades, sus ideas, proyectos…y ayudarles a avanzar, quizás porque veo el mundo tan injusto y soberbio que no doy crédito a tanta avaricia y egoísmo. Muchas son personas que jamás he conocido y otras que nunca volveré a ver, pero no me suelo olvidar de nadie.
Vida sólo hay una, así que a mal tiempo tu mejor cara y la mejor de tus armas escondida para poder volar por el mundo y ver por ti misma en qué dirección caminar. Aún, sigo teniendo el papel en blanco.
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