La Cámara acusa el golpe

Antonio Fernández
Redactor-Jefe de La Voz de Almería

Los despidos han llegado a una institución centenaria como la Cámara de Comercio de Almería. La conjunción de los efectos de la crisis y la aprobación de una nueva normativa que establece que la adscripción de las empresas es voluntarias, y por lo tanto, podrán dejar de pagar las cuotas que desde su fundación han sido obligadas para todas las empresas, sin excepción, han provocado una profunda crisis a la que aún no se ve el final. Problemas laborales o sociales al margen, la realidad la pintan algunos de los empresarios que la representan al afirmar que la situación es grave, pero que lo peor es que a fecha de hoy no saben lo que ocurrirá a la vuelta no de unos años, sino de unas pocas semanas. Y ello porque buena parte de las empresas, bien por la crisis, bien porque entienden que la pertenencia a la Cámara no les aporta beneficio alguno, están optando por no pagar más cuotas a la institución.

La cuestión es de gran calibre, porque en apenas dos años los ingresos de la institución por ese concepto han caído en torno a un 80 por ciento, un porcentaje que incluso podría aumentar con el descabalgue de más empresas, ahora que además no pagar ya no se persigue, porque es legal. En opinión de los empresarios, la situación es dramática y, de no producirse novedades o cambios sustanciales en la estructura, la Cámara podría estar abocada a la desaparición en el plazo de unos pocos años, siendo optimistas.

Las primeras medidas ya están en marcha para intentar salvar a la institución de una muerte cierta. La más traumática ha sido un recorte de personal que por el momento afectará a una decena de los empleados de la Cámara, pero ese número puede seguir creciendo en el plazo de unos pocos meses si, como todo hace suponer, el descenso de los ingresos se acentúa con la voluntariedad de las cuotas. Ya se anuncia también un recorte drástico de las misiones comerciales que la Cámara de Comercio organizaba en países en los que se presuponían oportunidades de negocio para las empresas de la provincia. Este año habrá menos y mucho más selectivas. O como la participación en la primera feria internacional del sector hortofrutícola, la Fruit Logistica de Berlín, que este año ya ha sufrido serios recortes tanto en cuanto a la delegación que ha asistido por parte de la Cámara como por una representación de empresas muy mermada.

Los empleados se están uniendo a una asociación creada a nivel estatal para defender tanto sus derechos como los del conjunto de las cámaras españolas, porque este no es un problema exclusivo de Almería, sino que afecta a la totalidad de las cámaras.

Y mientras todo esto ocurre, la Junta de Andalucía aún no ha emitido opinión alguna al respecto, a pesar de que las cámaras son entidades de derecho público tuteladas desde la Administración. Dicen los trabajadores que ellos desempeñan labores jurídicas públicas encomendadas por ley, y con la nueva norma ello entra en contradicción con la filosofía de las cámaras, ya que estarían obligadas a prestar servicios público sin contraprestación económica alguna. Para unos restos del pasado, llamada a desaparecer como ya lo hicieron las cámaras agrarias, para otros herramienta imprescindible para el fomento del comercio exterior, lo cierto es que la Cámara está herida de muerte si la iniciativa pública y la privada no unen fuerzas para sacarla del pozo en que se encuentra.
(http://www.lavozdealmeria.es)

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