La gran catarsis

Rebeca Gómez
Concejal de Desarrollo Económico, Empleo y Comercio de Almería

Con relativa presteza ha ido ampliándose el censo de miembros del Partido Socialista que no solo avalan, sino que exigen la retirada de Zapatero. Previsiblemente, su intención de no volver a concurrir como candidato a las elecciones del 22 de mayo iba a ser adelantada al Comité Federal del PSOE previsto para finales de marzo. Pero el jueves Ramón Jáuregui podría haber expresado al término de una entrevista en Radio Nacional su impresión de que este anuncio se anticiparía. Desde el ministerio de la Presidencia se apresuró un comunicado desmintiendo tal afirmación, pero no es la primera vez que Jáuregui ‘desvela’ su apuesta por Rubalcaba como único sucesor de Zapatero. Y en cualquier caso, no parece que el anuncio se posponga mucho más que a pasado el verano. La entrada en escena de Carmen Chacón y el ya bautizado frente anti-Rubalcaba obliga al líder de los socialistas a mover ficha y fecha.

La marcha de Zapatero, amén de necesaria por razones de interés particular del propio PSOE, resulta ineludible de cara a la posición de España ante la comunidad internacional. La gestión de Zapatero ha generado las peores circunstancias en la historia de la democracia. La demagogia electoralista de la que se apoderó desde sus inicios su acción de gobierno, la insistente apuesta por la mentira en los frentes que mayor seriedad y transparencia requieren, el hermanamiento con los dirigentes políticos más cuestionados en que ha basado su política exterior, los constantes vaivenes en los que se ha movido su gestión, la distracción en la forma de tomar medidas, a destiempo, desproporcionadas o a golpe de ocurrencias, conforman solo algunos de los motivos por los que procede, desde hace tiempo, que Zapatero deje que otros gobiernen.

Zapatero ha sido vencido. Por los barones de su partido, que han arremetido contra él con la mayor crudeza conocida en la historia de las desavenencias políticas en la política española, aconsejándole no sólo que no se presente como candidato, sino que adelante su marcha, como pidiera Aznar a González. Zapatero ha sido vencido. Por quienes han plantado cara a sus dictados despóticos y han obtenido victoria, como el madrileño Tomás Gómez. Por aquellos miembros de su equipo a quienes lanzó lejos de su órbita totalitaria, y por quienes le han abandonado en el camino, como su lista de exministros en el exilio entre los que cuentan César Antonio Molina, Jordi Sevilla o Pedro Solbes.

Los candidatos socialistas ya han omitido, deliberadamente, por primera vez en la historia, la marca PSOE en sus videos electorales: el candidato a la alcaldía de Madrid, o los candidatos a la comunidad de Madrid o a la Junta de Castilla y León han sido los más evidentes. Y cada vez más noticias sobre corruptelas más o menos presuntas. En Andalucía, el asunto de los ERE fraudulentos que por su evidencia debiera haber desprendido la apertura de una comisión de investigación que los socialistas se niegan reiteradamente a crear.

Hace unos días Manuel Chaves admitía que el número de implicados en el caso de los ERE comprometía a lo sumo a 4 o 5 personas. Y de momento van 70. Todo parece quedar dicho. Al Partido Socialista se le ha “ido de las manos” casi todo. Ya se ha destapado, como preludio, la gran debacle electoral de los socialistas, su desmembración, sus luchas intestinas por posicionarse, ahora que se prevé una desbandada general por motivos más o menos loables. Las encuestas, que prevén una brecha histórica entre PSOE y PP de largo alcance, ya no sorprenden, aunque Chaves opine que las que presentó el presidente del PP de Almería, Gabriel Amat, que otorgan en Almería la mayoría absoluta al PP en la capital están “fabricadas” a medida. ¿También están desacreditadas las que encargadas por la Junta de Andalucía, o la de todos los medios de comunicación que dan al PP mayorías absolutas que crecen semanalmente?

Dicen en su partido que la encuesta encargada por Juan Carlos Usero es conocida por Manuel Chaves. Según el sondeo de los socialistas, el PP obtendría 18 concejales, el PSOE 8 e IU mantendría 1. Algunos ya lo van haciendo, ahora que están a tiempo. A las Universidades unos, a concurrir a procesos electorales locales, autonómicos o nacionales otros -regresados de sus cargos en las instituciones gobernadas por el PSOE- para obtener escaños en la oposición de ayuntamientos, diputaciones y parlamentos. Regresan a recuperarse al refugio de sus cuarteles de invierno.

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