Redes sociales

Miguel A. Montero

Secretario General del PP de Urrácal

Este fin de semana hemos conocido la noticia de un joven de 20 años que, a través de las redes sociales, había coaccionado a más de 600 adolescentes (entre 12 y 17 años) para que posaran desnudas frente al ordenador. Este individuo sin escrúpulos amenazaba a las chicas con el fin de conseguir material pornográfico y así difundirlo por la red.

Yo tengo perfil en las redes sociales, al igual que un buen número de mis familiares y amigos. De hecho, el teléfono móvil está empezando a pasar a un segundo plano, ya que contactar con ellos a través del Facebook o el Tuenti es algo que se está relegando a un segundo plano el contacto personal. Siento estupor al pensar que hay individuos que usan esta misma tecnología para cometer delitos tan repugnantes como el descrito en la noticia que comentaba.

¿Cómo podemos controlar el uso de estas redes por parte de nuestros hijos? Es algo que turba mi mente desde que conocí esta noticia. Todo era más fácil cuando nuestros padres nos veían jugar en la calle y volvíamos a casa, tras un vistazo rápido a los compañeros de juegos,  nos decían con quien les gustaba vernos y quienes eran “malas juntas”. Pero con todo este nuevo y desconocido mundo cibernético, ¿cómo podemos controlar con quienes están comunicándose nuestros hijos? Detrás de un ordenador puede estar cualquiera, incluso un delincuente sacando información de nuestros hábitos familiares.

El mundo cambia muy rápido y hay que concienciarnos del peligro que puede suponer una simple red social. Internet nos ha traído más comunicación, más información, todo un mundo nuevo que explorar. El poder de las redes sociales es inmenso, véase lo que ocurrió en Túnez, puede incluso derrumbar un gobierno. Pero como todo en este mundo, el poder tiene dos caras, y se puede usar para hacer el bien o para hacer el mal.

Las nuevas generaciones se mueven más deprisa que nunca y por desgracia se repetirán noticias tan desagradables como la acontecida este fin de semana en nuestra tierra. Debemos concienciarnos del peligro que conlleva para nuestros hijos este nuevo mundo virtual. Hay que educarlos y concienciarlos  para que sepan distinguir lo que se debe o no hacer en las redes sociales y en Internet. Necesitamos que las autoridades pongan los medios a su alcance para concienciar a las nuevas generaciones de los  peligros que hay en la red.