Juan Torrijos
Periodista
Rosario Soto ya tiene el tercer puesto en la lista de Luis Rogelio para el Ayuntamiento de la capital. Nada que objetar a doña Rosario y su trabajo político. Tiene cuajo en ese pequeño cuerpo que le acompaña, y eso no viene mal en los tiempos que vivimos. Lo que no me parece bien es que con los impuestos de los almerienses se tenga que pagar a una persona que no hace mucho por ellos. Los trabajos en los partidos tendrían que ser pagados por los militantes de esos partido. No es justo el nombramiento de asesores para tareas de partido, como no lo es el que concejales se dediquen a la misma tarea.
Cuando lo comento con un dirigente popular me indica que es lo normal en los partidos, que todos hacen lo mismo en esta situación, y es lo que me parece peor, que esta sociedad ha asumido el que partidos y sindicatos vivan del momio del presupuesto: presupuesto que sale, miren por donde, de los bolsillos de los ciudadanos, siempre los paganinis. Toda una verguenza. Pero no se cortan, y mientras lo permitamos, mientras sigamos votando a los mismos ellos seguirán con sus tejemanejes y sus juegos malabares para que nunca les falte una buena soldada.
Cierto es que la vida de concejal de doña Rosario puede acabar en un año, pues está llamada a más altas instancias en los aledaños del Betis y de la mano de Arenas. Hay quien dice que podría ser consejera si Javier gana las elecciones en el doce. Mientras... ya se sabe.
(www.lavozdealmeria.es)
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