Juan A. Segura Vizcaíno
Secretario de Relaciones Institucionales del PSOE de Almería
Ccontagiados, sin duda, por la ola de contrición que se aproxima en el calendario como un tsunami (con fecha de 22 de mayo), en el Partido Popular han decidido aplicarse a fondo en sus deberes religiosos y preocuparse, antes que nada, de que la mano izquierda no sepa lo que hace la derecha.
Han errado, sin embargo, en la interpretación del sabio consejo bíblico, al entender que esta máxima valía para todo. Por falta de mesura no han sabido ser benefactores silenciosos, y se han convertido directamente en trileros.
Mientras la mano izquierda del PP defiende en público la paridad, la mano derecha firma en el Tribunal Constitucional un recurso contra la alternancia de hombres y mujeres en las candidaturas, recogida en la Ley electoral de Andalucía. Ahora que el Tribunal ha rechazado el recurso que interpuso la mano derecha, el PP ha vuelto a levantar su mano izquierda para insistir en que el compromiso del PP con la igualdad es absoluto, "sin necesidad de cuotas ni leyes", como dijo Antonio Sanz.
Mientras la mano izquierda del PP lleva varios años levantando el pulgar cuando se fotografía junto a colectivos de gays y lesbianas, a los que dice apoyar en sus reivindicaciones, la mano derecha se va de nuevo a los tribunales e interpone otro recurso, esta vez contra la Ley de matrimonios entre personas del mismo sexo.
Cuando se presentan mociones en los Ayuntamientos pidiéndole al PP la retirada de ese recurso, la mano derecha de los 'populares' vota que no. Luego, en cada ciudad y en cada provincia, la mano izquierda se compromete a "velar por la no discriminación por orientación sexual o identidad de género". De vez en cuando, la mano izquierda del PP se levanta y dice que ha tenido una idea: promocionar el turismo gay. ¿Cuándo llegará la bofetada de la mano derecha?
Con el dedo índice de la mano izquierda, el PP pide la palabra y nos habla de derechos sociales, de defensa de la mujer y de avance de las libertades. Luego viene sigilosa la mano derecha, y escribe hojas de ruta en las que se dice que hay que derogar la actual Ley del aborto y regresar a la de 1985.
El Partido Popular se ha aficionado a un juego muy peligroso: el de contar mentiras. Con su discurso retrógrado de siempre y su flamante 'discurso social' pretenden captar votos a derecha e izquierda. Si algún día llegan al Gobierno con estas artes, el desengaño de una parte de sus votantes será mayúsculo. Durante la campaña es fácil jugar con la ilusión: ¿dónde estará la bolita? Pero al final, la bolita del PP se esconde siempre bajo el vaso de la derecha.
Han errado, sin embargo, en la interpretación del sabio consejo bíblico, al entender que esta máxima valía para todo. Por falta de mesura no han sabido ser benefactores silenciosos, y se han convertido directamente en trileros.
Mientras la mano izquierda del PP defiende en público la paridad, la mano derecha firma en el Tribunal Constitucional un recurso contra la alternancia de hombres y mujeres en las candidaturas, recogida en la Ley electoral de Andalucía. Ahora que el Tribunal ha rechazado el recurso que interpuso la mano derecha, el PP ha vuelto a levantar su mano izquierda para insistir en que el compromiso del PP con la igualdad es absoluto, "sin necesidad de cuotas ni leyes", como dijo Antonio Sanz.
Mientras la mano izquierda del PP lleva varios años levantando el pulgar cuando se fotografía junto a colectivos de gays y lesbianas, a los que dice apoyar en sus reivindicaciones, la mano derecha se va de nuevo a los tribunales e interpone otro recurso, esta vez contra la Ley de matrimonios entre personas del mismo sexo.
Cuando se presentan mociones en los Ayuntamientos pidiéndole al PP la retirada de ese recurso, la mano derecha de los 'populares' vota que no. Luego, en cada ciudad y en cada provincia, la mano izquierda se compromete a "velar por la no discriminación por orientación sexual o identidad de género". De vez en cuando, la mano izquierda del PP se levanta y dice que ha tenido una idea: promocionar el turismo gay. ¿Cuándo llegará la bofetada de la mano derecha?
Con el dedo índice de la mano izquierda, el PP pide la palabra y nos habla de derechos sociales, de defensa de la mujer y de avance de las libertades. Luego viene sigilosa la mano derecha, y escribe hojas de ruta en las que se dice que hay que derogar la actual Ley del aborto y regresar a la de 1985.
El Partido Popular se ha aficionado a un juego muy peligroso: el de contar mentiras. Con su discurso retrógrado de siempre y su flamante 'discurso social' pretenden captar votos a derecha e izquierda. Si algún día llegan al Gobierno con estas artes, el desengaño de una parte de sus votantes será mayúsculo. Durante la campaña es fácil jugar con la ilusión: ¿dónde estará la bolita? Pero al final, la bolita del PP se esconde siempre bajo el vaso de la derecha.
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