Mario Beltrán Ocaña
Portavoz de GIAL
Estos son semanas definitivas para las competiciones de fútbol, tanto nacionales como europeas. Los equipos se están jugando la temporada en prácticamente dos meses. En el caso de la U.D Almería la cosa no pinta nada bien y los que mandan han intentado dar un cambio de rumbo sustituyendo al entrenador. Esta es una medida recurrente en el fútbol y que suele dar buen resultado, ya se sabe, con cambio de entrenador casi siempre se consiguen mejoras en el siguiente partido.
Si trasladamos esta reflexión a la política vemos como en estos meses se van a resolver grandes incógnitas que decidirán el futuro de nuestro país, comunidad autónoma, ciudades y pueblos. Que las cosas no van bien tanto a nivel nacional como autonómico no cabe duda. Recordamos como hace cinco años el presidente Zapatero en una visita a Estados Unidos y en una reunión con empresarios de ese país calificó la situación de España utilizando un símil futbolístico y la definió como de Champions League, es decir, estábamos en primera línea y luchando por los mejores puestos en cuanto a crecimiento económico, bajo paro y grandes expectativas de futuro. Recordemos que llegó a declarar ante lo más florido del empresariado norteamericano que habíamos superado a Italia y que “íbamos” a por Francia.
Está claro que, siguiendo con lo del fútbol, aquí no hay una junta directiva que pueda destituir y sustituir al entrenador con todo su equipo técnico (en este caso presidente y ministros o consejeros) y que tenemos que esperar 4 años a que se cumpla el mandato del entrenador aunque esto nos lleve a tercera regional. Cuando esto ocurre en el fútbol, la cantinela del nombre del entrenador y el “vete ya” consabido se repite cada 15 días en el campo de fútbol de casa. Generalmente el entrenador cobra todo su contrato y se va.
Digo yo, ¿no podríamos pactar tanto con el Presidente del Gobierno como el de la Junta el darle el finiquito y que se vayan? Nos sale mas barato seguro. Piénsenlo. Ellos no van a dar ese paso si no se les incentiva. ¿Dónde iban a ir? ¿Qué han hecho antes de estar en política? ¿Cuál es su currículum laboral? ¿Cuál es su medio de vida además de la política?
Luego, claro está, se da el caso contrario, hay entrenadores queridos por su buen hacer y sus buenos resultados y por los que la afición suspira para que no se vayan, (caso del entrenador de la selección española). Trasladamos esto a la política y vemos como hay ediles queridos y correspondidos con la confianza de sus conciudadanos después de pasados los 4 años del mandato.
El caso de Almería está claro. Hace 8 años los almerienses estábamos en 2ªB y ahora nos encontramos en primera y consolidados después de un muy buen trabajo realizado por un grupo de personas que conjugan juventud y experiencia. Claro está estoy hablando en cuanto a la situación de la ciudad y no de la del equipo de fútbol.
Como vemos entre el fútbol y la política existen muchas similitudes como el triunfo, la derrota, la pasión, la suerte, la marrullería, los intereses, etc…pero existe una diferencia que es crucial. En el fútbol solo cuentan los resultados y si estos no son favorables vas a la calle. ¿Se figuran que a todos nos dieran unas tarjetas rojas y pudiéramos largar a nuestros políticos cuando no dan el rendimiento que se espera de ellos?. O pensándolo mejor.... si que las tenemos… solo hay que introducirlas en las urnas...
Si trasladamos esta reflexión a la política vemos como en estos meses se van a resolver grandes incógnitas que decidirán el futuro de nuestro país, comunidad autónoma, ciudades y pueblos. Que las cosas no van bien tanto a nivel nacional como autonómico no cabe duda. Recordamos como hace cinco años el presidente Zapatero en una visita a Estados Unidos y en una reunión con empresarios de ese país calificó la situación de España utilizando un símil futbolístico y la definió como de Champions League, es decir, estábamos en primera línea y luchando por los mejores puestos en cuanto a crecimiento económico, bajo paro y grandes expectativas de futuro. Recordemos que llegó a declarar ante lo más florido del empresariado norteamericano que habíamos superado a Italia y que “íbamos” a por Francia.
Está claro que, siguiendo con lo del fútbol, aquí no hay una junta directiva que pueda destituir y sustituir al entrenador con todo su equipo técnico (en este caso presidente y ministros o consejeros) y que tenemos que esperar 4 años a que se cumpla el mandato del entrenador aunque esto nos lleve a tercera regional. Cuando esto ocurre en el fútbol, la cantinela del nombre del entrenador y el “vete ya” consabido se repite cada 15 días en el campo de fútbol de casa. Generalmente el entrenador cobra todo su contrato y se va.
Digo yo, ¿no podríamos pactar tanto con el Presidente del Gobierno como el de la Junta el darle el finiquito y que se vayan? Nos sale mas barato seguro. Piénsenlo. Ellos no van a dar ese paso si no se les incentiva. ¿Dónde iban a ir? ¿Qué han hecho antes de estar en política? ¿Cuál es su currículum laboral? ¿Cuál es su medio de vida además de la política?
Luego, claro está, se da el caso contrario, hay entrenadores queridos por su buen hacer y sus buenos resultados y por los que la afición suspira para que no se vayan, (caso del entrenador de la selección española). Trasladamos esto a la política y vemos como hay ediles queridos y correspondidos con la confianza de sus conciudadanos después de pasados los 4 años del mandato.
El caso de Almería está claro. Hace 8 años los almerienses estábamos en 2ªB y ahora nos encontramos en primera y consolidados después de un muy buen trabajo realizado por un grupo de personas que conjugan juventud y experiencia. Claro está estoy hablando en cuanto a la situación de la ciudad y no de la del equipo de fútbol.
Como vemos entre el fútbol y la política existen muchas similitudes como el triunfo, la derrota, la pasión, la suerte, la marrullería, los intereses, etc…pero existe una diferencia que es crucial. En el fútbol solo cuentan los resultados y si estos no son favorables vas a la calle. ¿Se figuran que a todos nos dieran unas tarjetas rojas y pudiéramos largar a nuestros políticos cuando no dan el rendimiento que se espera de ellos?. O pensándolo mejor.... si que las tenemos… solo hay que introducirlas en las urnas...
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