El tobogán

Kayros
Periodista

Para no caer en la volátil abstracción, mejor utilizar imágenes. Ayer casi todos los periódicos de ámbito nacional reprodujeron en sus portadas el armario blindado donde se guardan las 48O actas de los consejos del Gobierno andaluz exigidas por la juez para investigar el presunto fraude de los ERES. La ultraderecha se deja deslizar por el tobogán del insulto y la calumnia al objeto de atacar los valores de la izquierda. Es cierto que los fallos éticos del socialismo parecen más fallos. Un partido como el PSOE que se ha venido alimentando de la moral del trabajador explotado chirría mucho más a la hora de conocerse sus debilidades internas. Pero por eso mismo, al menos el experto en historia política, no debiera dejarse llevar por las primeras impresiones.

Quien cubre su cabeza de ceniza probablemente desconoce algo tan socorrido como la naturaleza humana. El PSOE tiene ciento treinta años. Mientras se turnaban los partidos de derecha a lo largo de la historia de España, al socialismo le tocó esperar entre la persecución y el anonimato. Ahora bien, el espíritu revolucionario se fue abriendo paso. Tras 40 años de dictadura, Felipe González accede al Gobierno. Aparece la corrupción, algo que va inherente al disfrute sin tasa del poder. Aquel socialismo sufriente, austero y de viejas costumbres éticas es emborronado por ministros que ocupan las revistas del corazón.

También en Andalucía, donde el PSOE queda instalado treinta años, se producen escándalos. Juan Guerra, hermano del político que mejor predicaba la fusión de la política con la ética, se convirtió en un famoso conseguidor. Así que lo mejor que puede sucederle al PSOE es que pierda el poder en Andalucía. Así aprenderá a sacar el tarro social de las esencias. A la derecha no le quedará otro remedio que ponerse a trabajar saliendo de la gandula en que permanece Rajoy desde que perdió la última vez. Puede que entonces los españoles empecemos a distinguir las palabras de los ecos.
(La Voz de Almería)

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