Familia unida

José Fernández
Periodista

Qué hermoso es vivir con la seguridad de amar y ser amado de verdad. Así cantaban (así, así) los inolvidables Gaby, Fofó y Miliki cuando interpretaban eso de “no hay nada más lindo que una familia unida” en aquellas lejanas tardes de tele y bimbollos. Y es que después de la familia Aragón, la Sagrada Familia de Barcelona y los Bee Gees, no hay grupo familiar más proclive a la lírica que el núcleo cohesionado en torno a Manuel Chaves como cabeza de una familia situada en el epicentro informativo andaluz a raíz del probado beneficio que para sus miembros (e incluso sus miembras) ha supuesto la proximidad doméstica al hogar donde se han estado cociendo las grandes decisiones de la política andaluza durante estas últimas décadas.

Los miembros de la caverna mediática insisten en sus antipáticas denuncias sobre la presunta incompatibilidad ética y estética de determinados acuerdos, ventajas y prestaciones obtenidas por los vástagos del señor Chaves, sin reparar en que no es congruente que ellos, los más acerados defensores de la vigencia del modelo familiar clásico, no aplaudan lo que no viene a ser más que una demostración de que la familia que lee el BOJA unida, permanece unida. Además, no sé de qué se extrañan. Como ya quedó plasmado en el diario de sesiones del Parlamento Andaluz cuando se debatía el repentino interés de la Junta por subvencionar y reflotar la ruinosa empresa en la que entró a trabajar una hija del señor Chaves: “cualquier padre quiere lo mejor para una hija”. Y para un hijo, faltó añadir. Los campeones del discurso políticamente correcto deberían haber estado atentos a ese detalle. Igualdad ante todo.

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