Agustín de J. Muñoz Soler
Articulista
El Alcalde de Almería quería hacerle una despedida memorable a su fiel lacayo Francisco Amizián y las razones que ha dado éste le han chafado la solemnidad de su anuncio y los gestos de agradecimiento sempiterno con que le viene obsequiando ante los respetables palmeros. Yo no llego a entender ese prolongado agradecimiento al veterano edil almeriense, porque podría haber tramitado su despedida de la misma forma que lo ha hecho con Rebeca Gómez o sin llegar a provocar la incomprensión por como lo ha hecho con Dopico. Esta forma tan desigual de despedir a colaborares es lo que ha provocado que Francisco Amizián se haya envuelto en una nube de sospecha y ningún almeriense se haya creído su supuesta enfermedad, que, de padecerla, pertenece a la esfera privada que tanto salvaguardan los personajes políticos, y no la someta a debate público, cuando por el tiempo en que dice poseerla fue cazado en estado ebrio.
Resulta curioso que los personajes políticos salvaguarden generalmente esa parcela privada y la esgriman públicamente para pretender justificar vanamente comportamientos políticos; como también que demanden clemencia en las críticas a sus acciones políticas en aras del supuesto daño que causan a su familia y en acciones de Gobierno se comporten como verdugos, se ensañen y se regodeen en el dolor que provocan. Tan real como la vida misma, amables lectores, que distraen su tiempo en este espacio periodístico.
En mi opinión, Francisco Emisión ha impregnado su acción política de un carácter agresivo que le ha valido por mi parte el calificativo de 'doberman', aquel con el que tan acertadamente definió el PSOE al entonces Secretario General del PP Francisco Álvarez Cascos y hoy devorado políticamente por sus ya excorreligionarios. No deja de llamar la atención el que un personaje político como Francisco Amizián consulte la legalidad de las críticas a su gestión porque no admita la mecánica del sistema de libertades públicas, que ciertamente parece le es ajeno. Esta evidente incapacidad para encajar las críticas a su acción política, por sí sola, le invalida para la actividad política.
Pero es que su labor de doberman durante la etapa en la Diputación Provincial le supuso una valiosa prestación al entonces Presidente al cuadrado, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador Pérez, como fiel salvaguarda y al Partido Popular en su ruptura con los críticos que se escindieron. Yo creo que fue en la Diputación Provincial donde el todavía edil se consolidó como personaje político local. Una proyección política que motivó una Legislatura Municipal de pura mecánica en la gestión con la Concejalía de Deportes, tal vez debida a las aristas que tiene como personaje político. Pero tras esa 'travesía del desierto' volvió a la cresta de la ola política en la Concejalía de Obras Públicas, Agricultura y Pesca, desde donde se ha salido despedido con el honor de haber forjado una estrecha relación con su Alcalde en contra de lo acaecido con José Carlos Dopico.
La agricultura almeriense parece haberse saldado estos cuatro años de Amizián, y eso que es profesional de esta materia, con el asfaltado de unos cuantos caminos antes de las elecciones municipales. La pesca parece haber vivido con Amizián su esplendor en Almería adquiriendo la capital su valor pesquero y en las obras públicas municipales sí que han estado impregnadas por la 'eficaz' gestión del edil fugado.
Por supuesto, desde mi humilde punto de vista, el centro de la ciudad se acordará sempiternamente de la gestión de Amizián porque ha conseguido que los comerciantes le agradezcan que obtengan una clientela tan avidosa como cómoda al verse en la necesidad de dejar el coche en la distancia si no quieren pasar por la taquilla de los parking. Y los vecinos y residentes en esta zona han conseguido verse en la necesidad de adquirir medios para el transporte desde su vehículo a la vivienda y buscar aparcamiento en otros lares porque los apreciados y preciados aparcamientos han sido extinguidos.
Pero por si faltaba algún ingrediente queda el factor político, como es la justificación de la peatonización por demanda comercial y el valor de su inversión, ocultando a ZP, pero sí atribuyéndole a Griñán y a Zapatero los aspectos negativos de las obras y apropiándose indebidamente del diseño de las mismas cuando han tenido una supervisión superior En la cúspide del engreimiento político queda la magna mentira de que gracias al equipo de gobierno que conforma se ha conseguido la mayor inversión en obras públicas de toda la historia de Almería.
Pero una despedida obligada como la de Francisco Amizián no podía saldarse con algo tan común y vulgar sino que tenía que poner su impronta a las obras públicas de la Ciudad, y nada mejor que en las vías de mayor tránsito rodado, como es la Avda. Cabo de Gata, que ha tenido que abrirla ante la presión social, y el cierre de la Ctra. Sierra Alhamilla. La Avda. Cabo de Gata fue cerrada diciendo que estaría inutilizada para el tráfico rodado durante diez días y se ha pasado mes y medio. Los almerienses, pues, tendrán en Amizián a un referente político en el que no reflejarse responsable gubernamental alguno.
Este señor al que desde luego ni conozco yo ni puede que su madre ya ha conseguido su minuto de gloria con un soporifero relato en el que habla desde el mas absoluto desconocimiento y desde un rencor incomprendido. No se si su labor le reporta la recompensa del reconocimiento en la calle, pero aqui hay una cosa clara, El señor amizian no será plato de gusto de todo el mundo pero si hay mucha gente que no solo lo quiere sino que le reconoce una serie de logros como concejal y como politico, no como gallo de pelea de nadie. No lo conocia antes pero me parece usted un autentico plomo y un papanata. Ahora si se atreve lo publica. Gracias.
ResponderEliminarbajo anonimato para que nadie conozca su identidad de persona seria y valente
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