Pedro Molina
Rector de la UAL
Un año más, la Universidad de Almería ha consolidado su presencia en la Expo Agro organizando en esta XXVI edición, junto al Parque Científico-Tecnológico de Almería (PITA) y la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, el Área de Innovación de la Feria hortofrutícola más importante de España. Pero este año, hemos dado un paso más en la cada vez más importante función de la transferencia que se le encomienda a la Universidad y así, junto al stand de la UAL que gestiona la OTRI de nuestra Universidad, han concurrido empresas de base tecnológica surgidas en nuestro ámbito académico y algunos de los más representativos centros de investigación relacionados con el sector de la agroalimentación, como es el Centro de Investigación en Biotecnología Agroalimentaria (BITAL) y el Centro de Innovación y Tecnología Fundación Finca Experimental UAL-Anecoop.
En el día de la inauguración de la feria, el Presidente de la Junta de Andalucía y la Ministra de Agricultura se detuvieron unos minutos en el stand de la Universidad. En ese tiempo pudimos transmitirles que la Universidad de Almería, a pesar de su juventud, ocupa ya un lugar destacado en alguno de los ránquines más importantes en materia de transferencia: entre las diez primeras universidades españolas con más spin-off académicas (treinta) y en el puesto décimo noveno de las que más patentes tienen. Contamos, además, con grupos de investigación muy dinámicos, cuya eficacia y dedicación se refleja, entre otros aspectos, en su alta participación en los planes nacionales y autonómicos de investigación. La actividad formativa investigadora está en continuo crecimiento en nuestra Universidad y en la actualidad tenemos más de 110 becarios de investigación y más de 300 investigadores contratados, la mayoría en distintas fases de su tesis doctoral.
Pero esto, a pesar de ser unos número magníficos y que demuestran que las cosas se están haciendo bien, debe servirnos de acicate para seguir mejorando, para encauzar nuestro gran potencial científico en sectores estratégicos, como es el de la agroalimentación. El formar parte del ambicioso, pero realista, Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación (CEIA3) seguro que nos facilitará el camino. Nuestro conocimiento, con una necesaria dosis de innovación, se tiene que transformar en desarrollos tecnológicos y en realidades económicas y su transferencia al tejido productivo, especialmente en sectores tan ligado a la provincia como es el de la agroalimentación, es un reto que estamos llevando a cabo con una estrategia iniciada hace años que ya está dando unos evidentes frutos.
En el día de la inauguración de la feria, el Presidente de la Junta de Andalucía y la Ministra de Agricultura se detuvieron unos minutos en el stand de la Universidad. En ese tiempo pudimos transmitirles que la Universidad de Almería, a pesar de su juventud, ocupa ya un lugar destacado en alguno de los ránquines más importantes en materia de transferencia: entre las diez primeras universidades españolas con más spin-off académicas (treinta) y en el puesto décimo noveno de las que más patentes tienen. Contamos, además, con grupos de investigación muy dinámicos, cuya eficacia y dedicación se refleja, entre otros aspectos, en su alta participación en los planes nacionales y autonómicos de investigación. La actividad formativa investigadora está en continuo crecimiento en nuestra Universidad y en la actualidad tenemos más de 110 becarios de investigación y más de 300 investigadores contratados, la mayoría en distintas fases de su tesis doctoral.
Pero esto, a pesar de ser unos número magníficos y que demuestran que las cosas se están haciendo bien, debe servirnos de acicate para seguir mejorando, para encauzar nuestro gran potencial científico en sectores estratégicos, como es el de la agroalimentación. El formar parte del ambicioso, pero realista, Campus de Excelencia Internacional en Agroalimentación (CEIA3) seguro que nos facilitará el camino. Nuestro conocimiento, con una necesaria dosis de innovación, se tiene que transformar en desarrollos tecnológicos y en realidades económicas y su transferencia al tejido productivo, especialmente en sectores tan ligado a la provincia como es el de la agroalimentación, es un reto que estamos llevando a cabo con una estrategia iniciada hace años que ya está dando unos evidentes frutos.
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