Paralizados

Rosario Soto
Portavoz del PP de Andalucía
 
El único político del mundo que debe creer que la crisis económica se resuelve con crisis de gobierno parece ser Griñan. De lo contrario, nadie se explica que en dos años hayamos tenido cuatro cambios de gobierno y veintiún consejeros diferentes. Y el problema es grave, porque quien debe estar dedicado a generar riqueza y empleo en nuestra comunidad autónoma, el presidente de los andaluces, monta otra crisis de gobierno el mismo día en que vuelve a subir el paro. Y van cuatro desde que un "dedazo" lo colocó en la presidencia de la Junta, el mismo dedo, el de Chaves, que ahora Griñán pretende cortar.

La inestabilidad institucional se asentó en la Junta de Andalucía prácticamente al día siguiente de las elecciones: desde 2008 llevamos dos presidentes en Andalucía y seis gobiernos.

A los andaluces, los problemas del PSOE no nos importan, lo preocupante es que su fractura interna nos perjudica de manera grave, porque la gestión de la institución está paralizada. Los consejeros de Griñan dedican más tiempo a la guerra interna socialista que a los problemas de los ciudadanos y cada cambio de titular en una consejería se convierte en una cascada de ceses y relevos. Y no lo digo yo: lo dicen los propios dirigentes socialistas, que se acusan mutuamente de utilizar el BOJA para sus batallas internas y ajustes de cuentas. Los cambios en las consejerías, delegaciones provinciales, direcciones generales, lejos de obedecer al interés general responden al pulso entre Chaves y Griñán, y mientras, Andalucía, líder de paro, de escándalos y de crisis institucionales.

Es obvio que los andaluces y los españoles poco les importamos al PSOE que, primero, negaron la crisis económica y ahora paralizan el combate contra ella por mor de otro combate: el interno. El gobierno de España se ha quedado sin cabeza y en Andalucía hay una abierta descomposición interna del ejecutivo. Además la actitud de Chaves, inmerso en los escándalos diarios en torno a su familia, y la de Griñán, hasta las cejas por los escándalos de los EREs fraudulentos, hacen cada día la situación más insostenible en un país y en una comunidad autónoma en la que la tasa de paro es un verdadero drama social.

Frente a este guirigay, emerge la mayoría social del PP andaluz, un partido cohesionado en torno a un liderazgo claro, con un proyecto de reformas adecuadas a los problemas andaluces, que genera confianza y que cada día tiene un mayor respaldo social.

Ya queda menos para que los andaluces respiren tranquilos bajo un gobierno que velará por sus intereses y antepondrá los mismos a cualquier consideración en clave interna.

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