José Luis Sánchez Teruel
Secretario de Infraestructuras del PSOE
Los candidatos y las candidatas a las alcaldías van dando a conocer poco a poco lo que están dispuestos a hacer en nuestros pueblos si llegan a gobernar. Promesas y compromisos que quedarán recogidos en el programa electoral, un documento político que también permite, pasados cuatro años, mirar hacia atrás para ver lo que han hecho o dejado de hacer.
El sábado pasado el Partido Popular sacaba pecho; presumía de gobernar municipios donde vive el 71% de la población de la provincia de Almería, a la vez que anunciaba que el empleo y la austeridad iban a ser sus principales promesas de cara a las elecciones, tal y como recoge el programa marco que sus candidatos van a utilizar como guía para hacer su programa electoral. Resultó llamativo que no dieran credibilidad a sus promesas con ejemplos de lo que han hecho allí donde gobiernan. Claro que… ahí estaba el problema.
Si ahora no dicen que han hecho para generar empleo o como han sido austeros en los municipios donde han estado gobernando y sin embargo prometen que van a trabajar si vuelven a ganar, para crear empleo o ser austeros, es lógico pensar que podrían haber empezado a dar ejemplo en estos cuatro años en los que han estado gobernando al 71% de los almerienses, dando así a sus promesas electorales la credibilidad de quien predica con el ejemplo.
Estos que ahora prometen que van a trabajar por el empleo y la austeridad han estado tumbados al sol sabiendo, como sabían, que podían haber hecho las cosas que ahora prometen. Es más, esta derecha que habla de austeridad es la misma que gobierna los ayuntamientos más endeudados de la provincia (El Ejido, Roquetas de Mar, Adra, Níjar o Cuevas del Almanzora), o que presume de tener el dinero de los almerienses en el banco en Almería ciudad; un dinero, no se les olvide, con el que podrían haber creado empleo, en un momento tan difícil como el que estamos viviendo.
Pero el colmo ha sido cobrarles a los almerienses más impuestos de los que han necesitado para hacer las cosas que han hecho, tal y como llegan a reconocer al presumir de que, entre 2.009 y 2.010, han tenido en el ayuntamiento de Almería 30 millones de euros de ingresos más que de los que necesitaban. Un dinero, (5.000 millones de las antiguas pesetas), que si hubiesen sido buenos gestores públicos debería estar en el bolsillo de los almerienses, o invertido en actuaciones y servicios para las gentes que viven en sus barrios, que seguro que alguna necesidad tendrán pendientes de atender, aunque para ellos gastarán ahora promesas electorales.
El sábado pasado el Partido Popular sacaba pecho; presumía de gobernar municipios donde vive el 71% de la población de la provincia de Almería, a la vez que anunciaba que el empleo y la austeridad iban a ser sus principales promesas de cara a las elecciones, tal y como recoge el programa marco que sus candidatos van a utilizar como guía para hacer su programa electoral. Resultó llamativo que no dieran credibilidad a sus promesas con ejemplos de lo que han hecho allí donde gobiernan. Claro que… ahí estaba el problema.
Si ahora no dicen que han hecho para generar empleo o como han sido austeros en los municipios donde han estado gobernando y sin embargo prometen que van a trabajar si vuelven a ganar, para crear empleo o ser austeros, es lógico pensar que podrían haber empezado a dar ejemplo en estos cuatro años en los que han estado gobernando al 71% de los almerienses, dando así a sus promesas electorales la credibilidad de quien predica con el ejemplo.
Estos que ahora prometen que van a trabajar por el empleo y la austeridad han estado tumbados al sol sabiendo, como sabían, que podían haber hecho las cosas que ahora prometen. Es más, esta derecha que habla de austeridad es la misma que gobierna los ayuntamientos más endeudados de la provincia (El Ejido, Roquetas de Mar, Adra, Níjar o Cuevas del Almanzora), o que presume de tener el dinero de los almerienses en el banco en Almería ciudad; un dinero, no se les olvide, con el que podrían haber creado empleo, en un momento tan difícil como el que estamos viviendo.
Pero el colmo ha sido cobrarles a los almerienses más impuestos de los que han necesitado para hacer las cosas que han hecho, tal y como llegan a reconocer al presumir de que, entre 2.009 y 2.010, han tenido en el ayuntamiento de Almería 30 millones de euros de ingresos más que de los que necesitaban. Un dinero, (5.000 millones de las antiguas pesetas), que si hubiesen sido buenos gestores públicos debería estar en el bolsillo de los almerienses, o invertido en actuaciones y servicios para las gentes que viven en sus barrios, que seguro que alguna necesidad tendrán pendientes de atender, aunque para ellos gastarán ahora promesas electorales.
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