Un viaje al Día Después

Pedro M. de la Cruz
Director de La Voz de Almería

Los periodos electorales son Amazonas interminables; tanto, que en España estamos siempre en campaña; no hay respiro en que descansar de tanta mentira escondida en tantas aparentes verdades; tiempo en que las palabras ni se crean ni se destruyen, sólo se transforman en instrumentos de demagogia, en armas de destrucción masiva del adversario, en insultos a la razón.

El vértigo que sienten los políticos cuando se acercan a la cima de la montaña tras cuatro años de escalada es tan grande que a una rueda de acusaciones le sigue otra, a un comunicado de insinuaciones responde otro, a una petición de dimisión se le contrapone la petición del bando contrario. Comienza entonces un periodo perverso en el que si sometiéramos a políticos y al gremio de tertulianos a esos test de stress, tan de moda, acababan haciendo saltar los registros de lo soportable.

En provincias el ruido suele llegar atenuado y, las más de las veces, el estruendo está más influenciado por el argumentario oficial del partido en Madrid que por la vocación bélica de quienes aquí viven. Saber que la realidad no se cambia en una sobremesa de restaurante caro ni detrás de los ladridos (pagados) de un micrófono es la sabiduría que imprime ser hijo de la periferia y no del centralismo.

Alejados pues de este ruido que impide oír, sí resulta interesante escuchar lo que, a través de la cortina tenue de la intuición, puede deducirse de lo que podría ser el escenario político de la provincia después del 22 de mayo y sus consecuencias.

Comencemos por la Diputación. El PP, como publicó este periódico, ya tiene decidido que si la mayoría aritmética le lleva a su presidencia, Gabriel Amat será quien la ostente y Javier Aureliano el número 2. La noticia de LA VOZ excitó el territorio contradictorio de la especulación (interesada) de cómo podría compatibilizar Amat la alcaldía con la presidencia. Olvidaban -o aparentaban olvidar- los autores del interrogante que ambas circunstancias son compatibles. Sólo es necesario tener capacidad de trabajo y un buen equipo en una y otra orilla.

A Amat, como a cualquier persona -político, médico, periodista, albañil o mediopensionista- se le puede imputar defectos, pero, entre ellos, no cabe el de la duda sobre su capacidad de trabajo. En cuanto a la formación de equipos, el alcalde de Roquetas tiene en Eloísa Cabrera y en Javier Aureliano dos apoyos de fidelidad incuestionable que saben lo que quiere Amat antes de que lo diga. Por eso están donde están.

En cuanto al PSOE nadie es ahora capaz de prever quiénes serían sus posibles candidatos a presidir el palacio provincial de Navarro Rodrigo. La desorientación es tan grande -en Madrid, Sevilla o Almería- que cualquier pronóstico es, sencillamente, una quimera.

Sólo basta leer estos días lo que dicen los dirigentes socialistas en Madrid y Sevilla y lo que no dicen en Almería para darse cuenta de que unos y otros, todos, se debaten entre el miedo a una derrota y el pánico a un estrépito.

En la historia del PSOE (sí, también en Madrid, en Sevilla, en Almería) el 22 de mayo a las 22 horas comenzará a dibujarse una geografía marcada por los resultados electorales de ese día. A partir de entonces todas las preguntas que ahora sólo recorren los laberintos insinuantes de la conspiración saldrán a la luz. Y algunos corren el riesgo de quedar deslumbrados. Apunten este día y esta hora: el 22 a las 22.
(La Voz de Almería)

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