Almería, cultura viva

Pedro Mena Enciso

Profesor de Historia

Es evidente la necesidad de trabajar firme por Almería para conseguir transformarla y convertirla en una ciudad moderna y saludable. Una de las cuestiones que  me parecen más importantes es la relacionada con aquellos aspectos que distinguen a una ciudad y hacen que sea apreciada por sus vecinos y visitantes: la belleza y limpieza de sus calles y edificios.

El alcalde y los responsables de las distintas áreas municipales deben tener muy presente las posibilidades culturales, artísticas, deportivas, gastronómicas, etc., que ofrece nuestra ciudad. Desde este foro quiero dar mi enhorabuena por el intenso trabajo realizado con las rutas e itinerarios por Almería y el comienzo de la recuperación del Cable Inglés y también animarlos  a que pongan toda su capacidad en esta línea de descubrir los múltiples encantos que encierra su tierra natal.

Es importante que los almerienses valoremos lo que tenemos y nos movilicemos en pro de su conservación y restauración. No nos podemos estar quejando continuamente y mantener una actitud pasiva. Tenemos que actuar y manifestamos para conseguir nuestros objetivos.

Almería no es sólo turismo natural ya que, además de magníficos parques como el de Cabo de Gata, cuenta con toda una oferta cultural que debemos cuidar y difundir. Los próximos cuatro años son claves no sólo para la definitiva consolidación económica, sino, sobre todo, para convertimos en una ciudad que se caracterice por algo más que el sol, la playa y las buenas tapas. Es la hora de trabajar por el Patrimonio Local tanto artístico corno industrial y arqueológico. Hay edificios del centro de la ciudad con un aspecto lamentable corno la monumental fachada del Colegio Compañía de María, que, aunque está catalogado corno Bien de Interés Cultural, sin embargo, se está desmoronando tanto por el paso del tiempo (el conjunto arquitectónico data de 1885) como por la contaminación de tantos años de autobuses y, actualmente, también ha sufrido importantes daños debido a las consecuencias de las obras de Obispo Orberá. Es vergonzoso que no se haya actuado nunca sobre este digno ejemplo de la Almería del Siglo XIX. Tanto el Ayuntamiento como la Junta de Andalucía conocen bien el tema y tienen aquí una buena oportunidad para iniciar las gestiones necesarias que lleven a solucionar tan lamentable deterioro de uno de los edificios emblemáticos de la ciudad.

No tenemos tiempo ni espacio para comentar las múltiples necesidades que, en este aspecto, tiene Almería, pero no me resisto a citar la Estación del Ferrocarril, bello ejemplo de la arquitectura del hierro y del cristal. Fue construida en 1893 y es otro Bien de Interés Cultural que a día de hoy, pese a estar considerada corno una de la más espectaculares estaciones de tren de España, está cerrada y, aunque parezca increíble, no se le ha dado ningún uso. La Asociación de Amigos del Ferrocarril ha pedido en varias ocasiones que se le dé utilidad con un Museo Ferroviario y Minero, Biblioteca, Sala de Exposiciones, etc, pero ha recibido la callada corno respuesta.

Aunque en esta cuestión de la cultura la acción política deja mucho que desear y Almería ha estado siempre olvidada, no debemos perder la esperanza de poder disfrutar algún día de nuestro rico patrimonio y contemplar que los responsables de las distintas administraciones generan alguna idea viable, algún proyecto creíble para que aumenten las posibilidades de ocio y mejore sensiblemente la maltrecha imagen de nuestra ciudad.

Almería tiene un rico patrimonio histórico-artístico y cultural, pero las polémicas partidistas y la escasez de iniciativas hacen inviable que podamos admirarlo. Nuestros monumentos están vivos, pero no vemos interés por cuidarlos, conservarlos, restaurarlos, transmitirlos a las nuevas generaciones y promocionarlos ambientando los barrios en que se ubican. Me gustaría creer que, a partir de ahora, con los nuevos dirigentes municipales, la historia va a cambiar.