Presidente de Asaja-Almería
Mañana se celebra el Día de Europa, y por este motivo desde Asaja-Almería queremos reflexionar sobre algunos aspectos que, como organización que representa y defiende los intereses de agricultores y ganaderos, nos preocupan. Está en sus objetivos del llamado “Horizonte 2020”, desarrollar una política comercial común, como pilar clave en un mundo globalizado, y así se viene actuando en los últimos acuerdos bilaterales y en las negociaciones con bloques de países como Mercosur. Lamentablemente Europa está llevando a cabo una política comercial hipócrita y lesiva para el sector agrario.
Sin embargo, desde Asaja queremos señalar que no podemos permitir que se siga ninguneando a un sector que proporcionó a Europa unas ventas el año pasado de unos 98.000 millones de euros. La agricultura y la ganadería son sectores estratégicos, tanto por el papel vertebrador del medio rural como por la riqueza y el empleo que genera, 28 millones de empleos en toda Europa, sin olvidar que son las explotaciones agrícolas y ganaderas las que siguen frenando el éxodo desde las zonas rurales de todo el continente. Estos aspectos también deben ser tenidos en cuenta cuando de desarrollo y globalización se habla, no se puede vender a toda costa.
La excusa de favorecer el desarrollo de economías emergentes debe venir acompañada por datos. En este sentido sólo cabe preguntarse ¿quién se beneficia de la apertura de fronteras? ¿La población de estos países? Lo que hemos podido comprobar es que Europa, hasta ahora, sólo ha escuchado los deseos de las grandes cadenas de distribución, que son las verdaderas beneficiadas por la globalización, bajo la excusa del desarrollo de estas economías en desarrollo cuando en realidad sólo busca especulación con los productos agrarios que se producen en Europa.
Y lo peor es la cerrazón de algunos representantes europeos cuando se les habla de incumplimientos de los acuerdos bilaterales, de fraude, de fallos en el sistema de control, de competencia desleal…
Pero claro, si tenemos en cuenta que la Unión Europea es el principal importador de productos agrarios del mundo, compras que en 2010 supusieron 82.000 millones de euros, entendemos que en esta guerra es mucho lo que los agricultores y ganaderos nos jugamos. Eso sí, teniendo en cuenta que en el juego de Europa siempre sale perdiendo el agricultor europeo y en especial el español. Recientemente la propia Comisión reconocía las graves consecuencias de la liberalización con el bloque Mercosur, del que somos su principal comprador, y además, al igual que ocurre con países como Marruecos, actualmente están exportando por encima de su contingente arancelario.
Por otro lado también habría que señalar que la dependencia que se crean de este tipo de relaciones comerciales tampoco beneficia a los consumidores europeos, pues estas importaciones no vienen garantizadas por el cumplimiento de las estrictas normas ambientales y de calidad de la UE y por lo que la trazabilidad de los productos no está asegurada.
Los únicos grandes beneficiados son los grandes poderes económicos, pues díganme si de verdad creen que los consumidores ven reducido el precio de los tomates que les llegan de Marruecos, no, aquí a los únicos a los que les bajan los precios, situándolo al mismo nivel que los precios percibidos por los productores de Terceros Países, son a los agricultores europeos, y ni siquiera esto supone una bajada de precio al consumidor. Por lo tanto desde Asaja-Almería queremos apuntar, a que es necesario un replanteamiento de nuestra política comercial europea y a que este movimiento deben iniciarlo aquellos que acuden a las instituciones europeas, representándonos a todos.
Para terminar esta reflexión, quiero compartir esta frase de la filósofa y escritora india Vandana Shiva “La globalización de los mercados de la alimentación es un método instantáneo para crear hambre”.
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