Antonio Torres
Director de Canal Sur en Almería
Los partidos entran en la recta final de la campaña marcada por la tragedia vivida en la cercana población de Lorca. Los partidos le han dado una vuelta al censo electoral y comienzan a enviar las últimas cartas de propaganda. Los políticos pasan las horas intentando seducir a todos y cada uno de los que todavía no saben a quien votarán. Se intensifican los encuentros digitales o mensajes en las redes sociales. El drama de las familias de Lorca ha desplazado durante varios días los ecos de la campaña en Internet y ese es un dato de madurez de una sociedad civil que sabe poner el ojo en las cosas que nos pasan con los objetivos de las cámaras de televisión y de los reporteros mirando a las familias rotas.
Los partidos entran en la recta final de la campaña marcada por la tragedia vivida en la cercana población de Lorca. Los partidos le han dado una vuelta al censo electoral y comienzan a enviar las últimas cartas de propaganda. Los políticos pasan las horas intentando seducir a todos y cada uno de los que todavía no saben a quien votarán. Se intensifican los encuentros digitales o mensajes en las redes sociales. El drama de las familias de Lorca ha desplazado durante varios días los ecos de la campaña en Internet y ese es un dato de madurez de una sociedad civil que sabe poner el ojo en las cosas que nos pasan con los objetivos de las cámaras de televisión y de los reporteros mirando a las familias rotas.
Desde el inicio de cualquier campaña electoral me pongo siempre a la defensiva. Cuando vienen a verme para denunciar por cualquier circunstancia a un candidato, siempre le digo a mi fuente que lo debería haber dicho hace seis meses, o cien días después de la correspondiente toma de posesión por la nueva corporación entrante. Eso lo aplico al ámbito privado. Ayer me llegó un arquitecto denunciando a un alcalde que le tiene paralizada una determinada obra y desprestigiando su labor profesional. Le dije que en días electorales leo, veo y escucho con mucho rigor crítico y así evito intereses contaminados por todas partes. Ante tanto mensaje que llena nuestras calles, es recomendable en estos días leer de forma sosegada el libro sobre Fray Luis de Granada del decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería, el profesor Manuel López Muñoz (Jaén, 1966), libro recomendable para las personas que tienen que enfrentarse al reto de elaborar un discurso tangible.
Fray Luis de Granada utilizó una técnica comunicativa muy fina para seducir a los feligreses. No es el "tontito" que nos quisieron trasladar en la historiografía tradicional, según desvela el trabajo. Está considerado el mayor formulador de la teoría de la comunicación en el siglo XVI. Hasta nuestro siglo la teoría de la comunicación se denominaba retórica. Fray Luis intentó un discurso claro sobre el poder, de cómo llevar a la gente hasta donde se decide en las instancias superiores a las personas. No se les convence con argumentos sino que se les arrastra provocando emociones. "Yo creo que en realidad cada época tiene los comunicadores que se adaptan al público de ese tiempo", afirma el citado profesor. Hoy lo que pasa básicamente es que existe una intención comunicativa clara diseñada para consumo por quienes controlan la comunicación para consumo rápido y fulminante. Si queremos conseguir una sociedad libre, hay que educar ciudadanos críticos que sepan elaborar discursos e interpretar las imágenes.
A los mítines o actos públicos convocados por los partidos van personas convencidas de que necesitan la reafirmación de los líderes, que muy oportunamente juegan con los aspectos emocionales. La información no se ha convertido en arma electoral hasta el momento. Es importante subrayar el papel de los manuales de estilo de los medios y la opinión de periodistas que han dejado claro que una cosa es la información y otra la propaganda. Ambos conceptos son incompatibles siempre. ¿Qué pinta un periodista en una rueda de prensa en la que no puede preguntar? La interrogación se la hacen cada día más periodistas. Conviene recordar que esa cuestión ya la puso Malén Aznárez en su periódico, hace tiempo. La esencia del periodismo es el derecho a informar del modo más veraz y objetivo posible. Consideramos que la campaña electoral es la fiesta amable de la política y de la democracia. Los actos políticos dan paso en esta semana a la intensidad en los aspectos emocionales de reafirmación y convencimiento.
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