Antonio Felipe Rubio
Periodista
¿Te acuerdas de lo permisivo y acogedor que te mostrabas durante la okupación de la Universidad? Sí, hombre, fue aquella ocasión en la que, al mando de un agitador capriforme, la UAL fue objeto de un proceso empírico de la Alianza de Civilizaciones que estaba por llegar. Recuerdo lo comprensivo y complaciente que te mostraste con los sindicalistas de Obreros del Campo, Foro Cívico y los moritos buenos que fueron manipulados por estas organizaciones tan prestigiosas y educadas, que tan sólo produjeron daños por importe superior a los diez millones de pesetas en las dependencias universitarias, echaron a perder el curso lectivo y convirtieron el Campus en un improvisado degolladero de borregos, gracias a la impagable colaboración del alcalde (Santi) en la aportación de unidades unguladas para sacrificar, vulnerando todos los preceptos sanitarios habidos y por haber.
Qué días aquellos, Molina. Ahí te doctoraste en tolerancia, progresía y buen rollito. Lograste convencer al Chipi para exhibir los valores de inviolabilidad de la independencia universitaria y, a toda costa, la UAL consiguió administrar la crisis sin intervención de agentes externos. Qué lección magistral, Molina; qué idílico panorama: “papeles para todos”, borregos al degolladero, sindicalistas radicales sacando pasta de los cajeros automáticos, los medios de comunicación de guardia permanente por el Campus, las clases paralizadas, los profesores aterrados, los alumnos alucinando… pero, todo sea por la causa.
Ahora, Molina, te has convertido en un reyezuelo, un sátrapa que impide el derecho fundamental a la libertad de expresión. Ahora como antes, Molina, sólo te interesa cultivar esa personalidad afable y progresista guarecida por los generosos dispendios mediáticos que bien sabes administrar a quienes bien te lo saben agradecer. Por eso, Molina, te permites estas execrables licencias; bien sabes el corto recorrido y escaso eco que obtendrá este “incidente sin interés informativo”. Habrá que ver la reacción de los periodistas -solos o en representación asociativa- que acabas de expulsar por la fuerza de ese “crisol de libertades” en el que has convertido a la Universidad de Almería. ¡Ay, Molina, quién te ha visto y quién te ve… y sombra de lo que eras!
Qué días aquellos, Molina. Ahí te doctoraste en tolerancia, progresía y buen rollito. Lograste convencer al Chipi para exhibir los valores de inviolabilidad de la independencia universitaria y, a toda costa, la UAL consiguió administrar la crisis sin intervención de agentes externos. Qué lección magistral, Molina; qué idílico panorama: “papeles para todos”, borregos al degolladero, sindicalistas radicales sacando pasta de los cajeros automáticos, los medios de comunicación de guardia permanente por el Campus, las clases paralizadas, los profesores aterrados, los alumnos alucinando… pero, todo sea por la causa.
Ahora, Molina, te has convertido en un reyezuelo, un sátrapa que impide el derecho fundamental a la libertad de expresión. Ahora como antes, Molina, sólo te interesa cultivar esa personalidad afable y progresista guarecida por los generosos dispendios mediáticos que bien sabes administrar a quienes bien te lo saben agradecer. Por eso, Molina, te permites estas execrables licencias; bien sabes el corto recorrido y escaso eco que obtendrá este “incidente sin interés informativo”. Habrá que ver la reacción de los periodistas -solos o en representación asociativa- que acabas de expulsar por la fuerza de ese “crisol de libertades” en el que has convertido a la Universidad de Almería. ¡Ay, Molina, quién te ha visto y quién te ve… y sombra de lo que eras!
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