Crisis del pepino: 150 millones de pérdidas

Manuel León
Redactor-Jefe de La Voz de Almería

Como en una triste jornada bursátil, el pánico se ha apoderado de los parqués agroalimentarios de media Europa. Alemania apuntó -sin pruebas- a Almería y los mercados y países han cerrado fronteras a los pepinos y otras hortalizas almerienses. La bacteria E.coli, que se ha cobrado ya 14 vidas hasta ahora y un millar de infectados, ha cerrado a cal y canto los mercados mayoristas a las verduras de los invernaderos almerienses provocándoles una ruina económica. La Interprofesional de frutas y hortalizas (Hortyfruta) estima que las pérdidas podrían ascender a 230 millones de kilos valorados en 150 millones de euros, la mayor parte pellizcados en la nómina de los productores y comercializadores almerienses.

La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, mantuvo ayer un gabinete de crisis con representantes del sector agrícola almeriense para exponerles que la Administración “va a ir hasta las últimas consecuencias” y ha reiterado de nuevo sus críticas hacia la forma en que las autoridades alemanas han gestionado la alerta de seguridad alimentaria desde “una absoluta irresponsabilidad”. Aguilera ha informado de la constitución de una comisión permanente de trabajo que integrarán representantes de las consejerías de Agricultura y Salud y del sector hortofrutícola andaluz para coordinar las actuaciones en defensa de los intereses de los productores y comercializadores andaluces tras la decisión unilateral adoptada por varios países europeos de cerrar sus mercados a frutas y hortalizas frescas procedentes de España.

Las autoridades españolas han enviado muestras de los pepinos señalados por Alemania (cuatro lotes, de 13 producciones) a un laboratorio de referencia en Lugo y el jueves es probable que se tengan los resultados sanitarios. De momento, se han inmovilizado las partidas correspondientes a estos invernaderos.

Consejo hoy en Hungría

“Nos enteramos de la alerta por teletipos, no se comunicó a la Red Europea de Alertas de Seguridad Alimentaria", explicó Aguilera, y se señaló a España “sin estar en posesión de datos que fueran concluyentes o hubiese constatación” de que el foco de contaminación estuviese en origen, ha detallado. “Se ha puesto en cuestión nuestra producción sin base de análisis y comercialmente nos perjudica”. La ministra Rosa Aguilar, instó ayer a las autoridades alemanas a presentar sin dilación los resultados de la investigación. Aguilar planteará hoy a la presidencia húngara la necesidad de actuar con urgencia, dejando claro los resultados del estudio.

Aguilera emula a Fraga a pie de finca
Clara Aguilera visitó ayer la finca de producción ecológica de pepino, localizada en Pechina (Almería), desde la que, según la trazabilidad, salieron los lotes distribuidos por la cooperativa malagueña Frunet hasta Alemania. Dentro del invernadero, con un calor sofocante como corresponde, la consejera se fajó -como Fraga en Palomares hace más de cuatro décadas- para demostrar la inocuidad de la hortaliza pechinera. Entre mordida y mordida del pepino y su flor, rodeado de su delegado en Almería, Juan Deus, y del propietario de la finca, el empresario y ex concejal Miguel Cazorla, Aguilera no titubeó a la hora de cuestionar las formas de las autoridades alemanas para comunicar la alerta sanitaria. Resistió Aguilera como una gladiadora y armó un discurso sin aristas para defender los intereses de la agroindustria almeriense necesitada más que nunca de voces sólidas en la Administración.

Aguilera demuestra, una vez más, su sensibilidad y capacidad de reacción para convertirse en la mejor letrada del campo almeriense: al menos la intención -no siempre los resultados- así lo demuestran. Para Aguilera, que ha vuelto a trasladar su indignación, lo que está pasando en torno a las exportaciones hortofrutícolas españolas, bloqueadas en la frontera de algunos países de la UE, es una batalla comercial. “Hemos conocido que Francia está limitando la entrada de melocotón español y nos preguntamos en base a qué datos”.

Almería, sus pepinos, sus tomates, sus berenjenas están en cuarentena, ahora, hasta el próximo jueves en que se sabrá el resultado fidedigno de las pruebas de los pepinos en origen en la lejana Lugo. Ayer Aguilera, que conoce muy bien el negocio hortícola desde su paso por la patronal de las comercializadora, dio un voto de confianza por el campo almeriense, con su visita a pie de campo, bajo el invernadero. Al igual que Cazorla, un genuino empresario del sector que ha apostado siempre por la producción ecológica. Cuesta, por ello, trabajo pensar en mala praxis, sobre todo en uno de los operadores ejemplares con los que cuenta el campo almeriense. Cuesta trabajo pensar que en una explotación donde hasta se cuida la apertura y cierre de la puerta, pueda anidar una bacteria de vacuno: todos los pasos apuntan a que Alemania se ha columpiado esta vez acusando a la industria almeriense. Pero habrá que esperar a los resultados de los análisis que exculparan por completo al campo almeriense.

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