Juan A. Segura Vizcaíno
Diputado andaluz del PSOE
La noche del 22-M me dejó el corazón helado, como reza el título de la novela de Almudena Grandes. Mentiría si dijera que no me costó asumir que de nada han servido, en términos electorales, los esfuerzos de tantos alcaldes socialistas por que sus pueblos aguantaran el chaparrón de la crisis de la mejor manera posible.
A pesar de que son legión los que han hecho un enorme trabajo por sus vecinos, poniendo el interés general por delante de cualquier otro tipo de interés, parece que su gestión no ha sido valorada en la justa medida. En los últimos días he visto en las caras de muchos alcaldes socialistas de esta provincia que no repetirán la frustración nacida de ver cómo, aunque lo dieron todo, ya sólo podrán seguir trabajando por su pueblo desde la oposición.
En los últimos meses, el Partido Popular ha intentado confundir a los electores, planteando una y otra vez las elecciones municipales como una especie de plebiscito de aprobación o rechazo a las políticas que el Gobierno de España ha tenido que aplicar para reducir el déficit público, en respuesta a las exigencias de la Unión Europea.
Visto lo visto, la trampa del PP ha surtido efecto. Los 'populares' han pedido que se valore algo que ahora no tocaba, y los resultados de las elecciones nos helaron el corazón de muchos socialistas. Pero toca reponerse.
La pasada noche del 22-M, no pude sino recordar la novela de Almudena Grandes. En sus páginas, la narradora cuenta la historia de Álvaro Carrión y Raquel Fernández Perea. Cuando se enamora, ninguno de los dos conoce el pasado del otro. Pero, poco a poco, Raquel descubrirá que Álvaro viene de familia falangista y él sabrá que la de Raquel fue republicana. El descubrimiento les deja el corazón helado, pero ambos saben reponerse: hay mucho en juego.
Como en la novela, también los socialistas tenemos que reaccionar. Ahora que han pasado unas elecciones y que tenemos otras dos a la vuelta de la esquina, es el momento de defender nuestro trabajo con fuerzas renovadas. Es el momento de explicar con ahínco a los ciudadanos qué se ha hecho para afrontar la crisis y por qué. Es el momento de desmontar una mentira tras otra, como aquella que dice que el Gobierno les ha regalado dinero a los bancos, cuando lo único cierto es que les ha concedido un crédito que ya están empezando a devolver con intereses. Y de momento, con esta operación las arcas públicas ya han conseguido ganar cerca de 3.000 millones de euros.
Tenemos mucho que decir y sólo unos meses por delante. Cada minuto que pasemos paralizados será un minuto que terminará jugando en nuestra contra.
A pesar de que son legión los que han hecho un enorme trabajo por sus vecinos, poniendo el interés general por delante de cualquier otro tipo de interés, parece que su gestión no ha sido valorada en la justa medida. En los últimos días he visto en las caras de muchos alcaldes socialistas de esta provincia que no repetirán la frustración nacida de ver cómo, aunque lo dieron todo, ya sólo podrán seguir trabajando por su pueblo desde la oposición.
En los últimos meses, el Partido Popular ha intentado confundir a los electores, planteando una y otra vez las elecciones municipales como una especie de plebiscito de aprobación o rechazo a las políticas que el Gobierno de España ha tenido que aplicar para reducir el déficit público, en respuesta a las exigencias de la Unión Europea.
Visto lo visto, la trampa del PP ha surtido efecto. Los 'populares' han pedido que se valore algo que ahora no tocaba, y los resultados de las elecciones nos helaron el corazón de muchos socialistas. Pero toca reponerse.
La pasada noche del 22-M, no pude sino recordar la novela de Almudena Grandes. En sus páginas, la narradora cuenta la historia de Álvaro Carrión y Raquel Fernández Perea. Cuando se enamora, ninguno de los dos conoce el pasado del otro. Pero, poco a poco, Raquel descubrirá que Álvaro viene de familia falangista y él sabrá que la de Raquel fue republicana. El descubrimiento les deja el corazón helado, pero ambos saben reponerse: hay mucho en juego.
Como en la novela, también los socialistas tenemos que reaccionar. Ahora que han pasado unas elecciones y que tenemos otras dos a la vuelta de la esquina, es el momento de defender nuestro trabajo con fuerzas renovadas. Es el momento de explicar con ahínco a los ciudadanos qué se ha hecho para afrontar la crisis y por qué. Es el momento de desmontar una mentira tras otra, como aquella que dice que el Gobierno les ha regalado dinero a los bancos, cuando lo único cierto es que les ha concedido un crédito que ya están empezando a devolver con intereses. Y de momento, con esta operación las arcas públicas ya han conseguido ganar cerca de 3.000 millones de euros.
Tenemos mucho que decir y sólo unos meses por delante. Cada minuto que pasemos paralizados será un minuto que terminará jugando en nuestra contra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario