España comienza a amanecer

Rafael Leopoldo Aguilera Martínez

Tras la celebración de las elecciones municipales y elecciones autonómicas en determinadas comunidades autónomas me da la percepción de que se va a producir una convulsión social, económica y política, con la adopción de medidas de carácter económico que hagan estrangular las economías domésticas para poder salir del verdadero y auténtico fondo del pozo en el que nos encontramos sumergidos. En estos días, la megafonía torpedeante electoral nos impregnará de su sabor dulce y verbo cálido y simpático, como diciendo que “volverá a reír la primavera, que por cielo, tierra y mar se espera”, y ojala sea así, y tras las tomas de posesión se adopten medidas locales y autonómicas, dentro del poco o mucho margen competencial, conducentes a dinamizar el sector económico, porque de lo contrario, el sector cívico social quedará más “tocado” y “hundido”.

Unas municipales nos trajeron la II República, y estas municipales y autonómicas algo nos deben de traer, como los Magos de Oriente, desde un cambio de rumbo del invertebrado país, con elecciones generales anticipadas, con la connivencia o no de los sindicatos de clase y otros, sí sacasen sus “banderas de enganche”  revolucionario decimonónico,  hasta las cansinas y enraizadas luchas dialécticas en los hemiciclos de la soberanía del “voto cautivo” entre el pluralismo político reinante, más enconamiento de los afines al independentismo nacionalista. Mayor paro estructural, coyuntural nacional y no nacional. Emigración de nuestros universitarios, tras los elevados costes económicos de haberles formado académicamente,  “vente pa Alemania, Pepe”. Más servidumbre y servilismo en la “Función pública” de los empleados, que no públicos, como dice la Web de la Junta de Andalucía,  para tener mayores estómagos agradecidos de falta de ejemplaridad pública, más corrupción burocrática maquinal, etc., etc., etc. , y cómo no, la intervención en España de la Unión Europea para rescatarla del déficit en el que nos encontramos, para mantenernos “en primera división”, y jugar la champions league, o la liquilla de ascenso.

Lo peor sería que la “memoria histórica” se repitiese, con el camino que están tomando los acontecimientos y veremos a ver a dónde nos conduce esta situación desesperanzadora, con tanta condescendencia y vehemencia cívica, sí al apocalipsis gubernamental o a “que en España empiece a amanecer”.

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