Alfonso Viciana Martínez-Lage
Doctor en Geografía
Jefe del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio (IEA) Diputación de Almería
Jefe del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio (IEA) Diputación de Almería
He leído algunas opiniones recientes sobre erosión costera en Almería y pienso que hay cierta confusión sobre este tema. Las presas, por razones muy obvias, no se pueden eliminar en un medio semiárido como el almeriense, pero son causantes de la desnutrición sedimentaria de las playas, entre otros factores. Los puertos tampoco se pueden eliminar debido a su coste y a su función socio-económica, ni las toneladas de ladrillos y cemento que inundan la ribera marina. Las extracciones de arenas son ya un mal consumado, que restaron en su día 20 millones de m/3 a las playas almerienses.
Pero si puede haber gestos provenientes desde las distintas administraciones para paliar en la medida de lo posible la erosión costera. Se me ocurre por ejemplo cumplir a rajatabla la Ley de Costas, que tiene en su articulado medidas muy claras respecto a este problema. También se me ocurre el fomento de las dársenas en seco como medida para evitar la construcción de nuevos puertos deportivos, práctica muy común en otras zonas de España. Seria igualmente conveniente la actuación en la costa mediante hemitombolos (diques exentos) y recargas sistemáticas de arena en las playas en erosión, impidiendo en todo momento la construcción de espigones que interrumpa las derivas costeras. Realizar plantaciones de Posidonia oceanica en aguas someras, sería otra buena medida para frenar el avance del mar, aunque lenta en el tiempo. Regenar dunas, medida nada costosa con excelente resultados. En Almería muy poco se ha hecho en esta línea. Evitar malas prácticas en la gestión de playas como la retirada de piedras y hojas muertas de Posidonia que actúan como colchones defensivos, o la limpieza de playas con medios mecánicos que además de limpiar arrancan la vegetación arenaria que sujeta los sedimentos evitando su deflación. Evitar la construcción en primera línea de todo tipo de construcciones, y un largo etc., que por cuestiones de espacio no es posible comentar aquí.
Y por supuesto, nadie se olvida del cambio climático global. Es una patética realidad, contundente e impredecible en sus resultados a corto y medio plazo y, por ello, muy difícil de cuantificar en cuanto a sus repercusiones sobre la línea de costa.
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