Francisco Benítez
Candidato por el Partido de Almería (PAL) a la Alcaldía de Adra
Asumo con respeto la decisión de las urnas en Adra. Hemos hecho unas propuestas para el futuro de la ciudad, que no han sido escuchadas, por ser nuevos en esta batalla, por falta de medios económicos, y por tener algunos medios de comunicación en contra; por las circunstancias por las que atraviesa esta formación política en otra población, y porque no pudimos dar ni un solo mitin, ni dar bocadillos, cenas y desayunos. Creímos -y nos equivocamos- que una Campaña Electoral era un tiempo para ofrecer propuestas y no para llenar estómagos. Incluso rechazamos participar en los 10 minutos concedidos por Ley en la radio ‘municipal’ del PP, que nos silenció, por orden de la llamada ‘Tercera Planta’, durante cuatro años”, al igual que han hecho, de manera vergonzante, algunos medios de comunicación, con la honrosa excepción de Teleprensa, agencia a la que agradecemos la pulcritud e independencia en la reproducción de nuestros comunicados, junto a los de los demás partidos.
Como una experiencia gratificante, donde se han elaborado propuestas para beneficio de Adra, siendo los únicos que ofrecimos un programa completo, no podemos lamentar los resultados, ni felicitar a nadie. Acatamos y asumimos con dignidad el resultado de las urnas, que han sido, por otra parte, continuidad de lo
ocurrido en toda España. Ponemos a disposición de la nueva Corporación nuestras propuestas para que la población de Adra crezca; se acaben las listas negras y las malas artes en el Consistorio, de las que hemos tenido ejemplos antes y durante la Campaña.
Dentro de poco, los abderitanos se encontrarán que Crespo no ha resuelto el grave problema de la droga en Cavite, las correnteras de aguas en Guainos, que el Cerro de Montecristo se irá destrozando, hasta que un constructor avispado lo termine de liquidar, que los jóvenes sigan sin expectativas; que el puerto no tenga barcos para amarrar y que la alcaldesa se vaya a Sevilla. En resumen, Adra será más pobre y retrocederá con su elección, como ha ido en declive en los últimos tres años, pero si es lo que quieren los electores, de nada sirve gritar en el desierto.
A nivel personal, la experiencia ha sido ciertamente curiosa y aleccionadora, por la posibilidad de profundizar en la composición sociológica de los electores abderitanos, que con su sabias sentencias lo afirman. Tenemos el Gobierno que nos merecemos.
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