Mario Beltrán
Portavoz de Gial
Hace ya ocho años que los almerienses decidimos cambiar el rumbo de nuestra ciudad, defraudados por un anterior equipo de gobierno consistorial de izquierdas que actuó con desidia y que despilfarró el contenido de las arcas municipales. Un contenido que había costado sanear al anterior gobierno del PP, que dedicó gran parte de esos cuatro años a deshacer el entuerto generado por más de 20 años de gobierno del PSOE en esta ciudad. El equipo entrante en el 2003 formado por personas del PP y GIAL asumió el reto de modernizar la ciudad casi empezando de nuevo de cero. Se lo tomó como el que compra una vivienda antigua, casi en ruinas y decide reformar tirando tabiques, cambiando tuberías, iluminación, suelos, pintura, todo hasta dejarla habitable y confortable.
Este es el reto que se asumió hace ocho años y que parece va cumpliéndose. Y es que aquellos amigos, familiares o simplemente visitantes que hace más de diez años que no vienen por esta ciudad y pasean por us calles, son conscientes de la gran reforma, y no solo cambio, que ha sufrido Almería. De ser una ciudad incómoda ha pasado a ser en una ciudad en donde es agradable vivir.
Hace ocho años no existían casi jardines y los que había estaban mal cuidados. No existía casi equipamientos deportivos y los que había eran deficientes. Almería era una ciudad sucia y mal dotada en cuanto a equipos de limpieza. Teníamos unos muy malos accesos de entrada a la ciudad que hacían insoportable el día a día de los almerienses y turistas que nos visitaban en coche. Era una ciudad en definitiva, habitada con cariño por los almerienses pero maltratada por los gestores.
Desde hace ocho años, el cariño de los almerienses está teniendo una correspondencia directa por parte de los gestores que la gobiernan y se ha tenido como principal reto devolver con intereses la confianza depositada en ellos a través de las urnas, creando la mejor ciudad posible para vivir.
Dentro de pocos días los almerienses debemos decidir que queremos para nuestra ciudad en los próximos cuatro años. Sabemos por experiencia en los ya 30 años de democracia, que hay dos formas de gestionar el futuro de Almería y el de los diferentes ayuntamientos de su provincia.
Una es la del PSOE, en la que lo que prima es exclusivamente el partido y convertir aquellos entes públicos a los que llegan a través por supuesto de las urnas, léase Junta, Ayuntamientos, Diputaciones e incluso Universidades, en auténticas oficinas de colocación para amigos con carné y simpatizantes con intereses. Les importa un pepino todo lo demás, se retroalimentan ellos mismos. Solo necesitan votos para conseguir poder para a su vez conseguir colocar a gente “amiga” y así conseguir más votos y vuelta a empezar... poder, colocación, votos… así hasta dejar todo como un solar. No son acusaciones gratuitas y para muestra un botón. Trama de los ERE, ayudas a la formación para cargos y ex cargos del PSOE recibiendo subvenciones de la Junta, caso Iván Chaves, constante impedimento de comisiones de investigación en el parlamento de Andalucía, el decreto de enchufismo también de la Junta…
La otra es el sentido común y en la que debe primar el interés de Almería y los almerienses sobre cualquier otro. Esta es la forma en la que han estado trabajando un grupo de personas formadas por concejales del PP y GIAL en los últimos 8 años y que aspiran, esta vez con unas siglas únicas, las del PP, a seguir haciéndolo durante los próximos 4 años. Mi humilde consejo es que el día 22 de mayo vayan a votar y que lo hagan, eso sí, con sentido común.
Este es el reto que se asumió hace ocho años y que parece va cumpliéndose. Y es que aquellos amigos, familiares o simplemente visitantes que hace más de diez años que no vienen por esta ciudad y pasean por us calles, son conscientes de la gran reforma, y no solo cambio, que ha sufrido Almería. De ser una ciudad incómoda ha pasado a ser en una ciudad en donde es agradable vivir.
Hace ocho años no existían casi jardines y los que había estaban mal cuidados. No existía casi equipamientos deportivos y los que había eran deficientes. Almería era una ciudad sucia y mal dotada en cuanto a equipos de limpieza. Teníamos unos muy malos accesos de entrada a la ciudad que hacían insoportable el día a día de los almerienses y turistas que nos visitaban en coche. Era una ciudad en definitiva, habitada con cariño por los almerienses pero maltratada por los gestores.
Desde hace ocho años, el cariño de los almerienses está teniendo una correspondencia directa por parte de los gestores que la gobiernan y se ha tenido como principal reto devolver con intereses la confianza depositada en ellos a través de las urnas, creando la mejor ciudad posible para vivir.
Dentro de pocos días los almerienses debemos decidir que queremos para nuestra ciudad en los próximos cuatro años. Sabemos por experiencia en los ya 30 años de democracia, que hay dos formas de gestionar el futuro de Almería y el de los diferentes ayuntamientos de su provincia.
Una es la del PSOE, en la que lo que prima es exclusivamente el partido y convertir aquellos entes públicos a los que llegan a través por supuesto de las urnas, léase Junta, Ayuntamientos, Diputaciones e incluso Universidades, en auténticas oficinas de colocación para amigos con carné y simpatizantes con intereses. Les importa un pepino todo lo demás, se retroalimentan ellos mismos. Solo necesitan votos para conseguir poder para a su vez conseguir colocar a gente “amiga” y así conseguir más votos y vuelta a empezar... poder, colocación, votos… así hasta dejar todo como un solar. No son acusaciones gratuitas y para muestra un botón. Trama de los ERE, ayudas a la formación para cargos y ex cargos del PSOE recibiendo subvenciones de la Junta, caso Iván Chaves, constante impedimento de comisiones de investigación en el parlamento de Andalucía, el decreto de enchufismo también de la Junta…
La otra es el sentido común y en la que debe primar el interés de Almería y los almerienses sobre cualquier otro. Esta es la forma en la que han estado trabajando un grupo de personas formadas por concejales del PP y GIAL en los últimos 8 años y que aspiran, esta vez con unas siglas únicas, las del PP, a seguir haciéndolo durante los próximos 4 años. Mi humilde consejo es que el día 22 de mayo vayan a votar y que lo hagan, eso sí, con sentido común.
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