Por un nuevo Conservatorio

Pedro Mena Enciso
Profesor de Historia

Todos sabemos que la música y la danza forman parte de la historia de la humanidad desde sus orígenes. No hay momento en el tiempo sin la presencia constante de estas expresiones magnas del espíritu. Actualmente, cuando viajamos por cualquier lugar de la Europa civilizada, vemos cómo sus autoridades cuidan y miman tanto la música como la danza dedicándole toda la financiación necesaria y contemplándolas dignamente tanto en los planes de estudio cómo en las manifestaciones culturales fuera del ámbito escolar por el interés que muestran también las autoridades regionales y locales. Se trata de educar la sensibilidad y transmitir arte y cultura por doquier. Porque, queridos lectores, como afirmó la reciente Premio Cervantes Ana María Matute es verdad que quien no inventa no vive y, por eso, debemos fomentar el arte y la cultura ya sea literatura, música, pintura, danza… pues son expresión de la creatividad que llevamos dentro y nos descubren un mundo de belleza y libertad que fomenta valores de convivencia pacífica y nos hace crecer como personas alejándonos de la violencia y la superficialidad.

En este tema también la dejadez de los responsables políticos ha sido constante ya que el arte por el arte no les interesa al no generar beneficios económicos inmediatos. A veces, como dice el gran poeta y escritor Manuel Alcántara, uno se plantea si sería conveniente (como hacen los equipos de fútbol) proceder a fichar políticos extranjeros para asesorar y mejorar el ambiente que nos rodea. Es increíble que no seamos conscientes de la importancia de la música y la danza ya que  junto al deporte pueden ser fundamentales en la formación de nuestros niños y adolescentes que se alejarían del alcohol y otras formas similares de diversión. Elevarnos por encima de la apariencia y la monotonía para cultivarnos por dentro es básico para luchar por un futuro mejor.

Hechas estas consideraciones, creo que todos podemos entender mejor la lucha de los profesores, padres y estudiantes del Conservatorio de Música y Danza de Almería que reivindican en la calle (ya que no se les hace ni caso desde hace años por las administraciones correspondientes) lo que todos los ciudadanos queremos: la construcción de un nuevo centro de danza porque el actual no solo no reúne las condiciones mínimas para la práctica de este bello arte sino que sonroja las pocas dependencias y la mezcla de música y danza así como el uso de las instalaciones de un Instituto cercano por falta de espacio.

Por otra parte, pedimos a los ayuntamientos de la provincia que reivindiquen con fuerza la construcción de escuelas municipales de música y danza para que nuestros niños y niñas entren en contacto con un mundo que fomenta la creatividad y hacen posible expresar lo que uno siente.

Desde este medio de comunicación damos nuestro total apoyo a los alumnos y representantes de padres y madres que exigen al Ayuntamiento y a la Junta de Andalucía que se pongan de acuerdo para que puedan comenzar las obras del futuro Conservatorio en la Vega de Acá. Tienen razón cuando expresan en sus pancartas que “sin la música es imposible vivir” y que “sin música la vida sería un error”.

Queridos chicos y chicas estudiantes de Música y Danza, vosotros sois un referente para tanto descerebrado que no ve más allá de sus narices y, por supuesto, que no sois culpables de los desacuerdos entre las distintas administraciones. Estoy con vosotros, porque lo he comprobado in siu, de que es imposible esperar más para disponer de un nuevo conservatorio de danza por las pésimas condiciones del actual centro. Como comenta uno de vuestros representantes, Pablo Darío Gómez, música y danza no son la misma actividad y no pueden impartirse en ese mínimo espacio. Os animamos a que no bajéis la guardia y luchéis con fuerza porque os asiste la razón al pedir unas instalaciones dignas y para que las cosas cambien hay que moverse, máxime cuando ya se dispone del solar y la aprobación por parte del Ayuntamiento.

La Música como la Danza nos ayudan a profundizar, a detenernos para ver por dentro las cosas. El Arte por el Arte, limpio de mercaderes, es fundamental para disfrutar de la naturaleza y de la vida, para alejarnos de tanta mediocridad superficial y contrarrestar un mundo excesivamente técnico, mecánico y sin tiempo para digerirlo. Es tiempo ya de que triunfen el  sentido común, la cultura y el buen gusto en unos momentos históricos donde decimos que buscamos  la calidad de vida tanto física como intelectual.

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