Javier Izaguirre
Director de COPE Almería
El PSOE parece dejado de la mano de ángeles, arcángeles y toda la corte celestial a poco más de dos semanas de su presumible debacle electoral en la mayor parte de España -especialmente en los considerados feudos tradicionales (Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha...)- y en emblemáticas ciudades como Sevilla o Barcelona; su extrema laicidad pasa factura o..., como reza el sabio refranero, “tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo...”.
En el caso de Almería, una formación como el PSOE, destinada, al igual que el PP si así lo deciden los ciudadanos en las urnas, a gobernar se ve abocada en caída libre al vacío infernal. Desde Madrid y Sevilla miran de soslayo a unos dirigentes (es un decir) que, en una demostración de protagonismo o de heroicidad, llevan a cabo actuaciones y declaraciones que arrastran al partido al desastre total.
La actual dirección del PSOE almeriense tiene todas las papeletas para que la estructura liderada (aún) por ZP caiga en desgracia (otra vez). La pregunta que todo el mundo se hace dentro y fuera del partido es si ésta es una estrategia configurada desde las altas instancias con la finalidad de liquidar a una serie de incómodos representantes (cabezas de turco) que, con su mediocre proceder, lleven directamente al Partido Popular a arrasar en los próximos comicios municipales. El PSOE se estrella, además, por su deficiente gestión allá donde gobierna (tantos asesores... para nada), las subidas de impuestos, los pactos oficiosos con formaciones de dudosa fiabilidad, o el bloqueo de contenciosos como, en la capital, el Plan General de Ordenación Urbana.
Almería no merece semejante clase política. Así que el mejor favor que se puede hacer a la ciudadanía es, en breve, asumir resultados y errores, tomarse una largas y merecidas vacaciones y regenerarse antes de regresar a la escena pública. Es lo que tiene de bueno la democracia, con todos sus defectos. ¿Será verdad que tenemos lo que merecemos?
(La Voz de Almería)
En el caso de Almería, una formación como el PSOE, destinada, al igual que el PP si así lo deciden los ciudadanos en las urnas, a gobernar se ve abocada en caída libre al vacío infernal. Desde Madrid y Sevilla miran de soslayo a unos dirigentes (es un decir) que, en una demostración de protagonismo o de heroicidad, llevan a cabo actuaciones y declaraciones que arrastran al partido al desastre total.
La actual dirección del PSOE almeriense tiene todas las papeletas para que la estructura liderada (aún) por ZP caiga en desgracia (otra vez). La pregunta que todo el mundo se hace dentro y fuera del partido es si ésta es una estrategia configurada desde las altas instancias con la finalidad de liquidar a una serie de incómodos representantes (cabezas de turco) que, con su mediocre proceder, lleven directamente al Partido Popular a arrasar en los próximos comicios municipales. El PSOE se estrella, además, por su deficiente gestión allá donde gobierna (tantos asesores... para nada), las subidas de impuestos, los pactos oficiosos con formaciones de dudosa fiabilidad, o el bloqueo de contenciosos como, en la capital, el Plan General de Ordenación Urbana.
Almería no merece semejante clase política. Así que el mejor favor que se puede hacer a la ciudadanía es, en breve, asumir resultados y errores, tomarse una largas y merecidas vacaciones y regenerarse antes de regresar a la escena pública. Es lo que tiene de bueno la democracia, con todos sus defectos. ¿Será verdad que tenemos lo que merecemos?
(La Voz de Almería)
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