Centralismo y muerte

Fernando del Valle Lorenzi
ABC de Sevilla

No es casual que el primer descosido importante del PSOE tras el 22-M haya llegado en Almería. Ésa sí que está lejana y sola, Almería. Se ha quejado la desintegrada cúpula del socialismo de allí del maltrato al que la ha sometido Griñán. Ellos protestan por lo suyo, claro. Es lo que tiene. Pero el sentimiento de agravio hacia la administración andaluza es capilar y compartido. Y prueba de ello es el apabullante resultado con que el PP saldó allí la pasada jornada electoral.

No es sólo Almería. La encuesta que publicó este periódico una semana antes de las municipales evidenciaba el cabreo compartido que en la mayoría de las provincias, especialmente en la Andalucía Oriental, existe hacia el tratamiento que el Gobierno autonómico les dispensa.

Efectivamente, ya sea por hacer oposición a los gobiernos municipales del PP o por pura torpeza, la Junta ha venido profundizando en los últimos tiempos en eso que el alcalde de Málaga denomina «centralismo autonómico», para que nadie le acuse de ir contra Sevilla. Generando un elefantiásico monstruo burocrático principalmente radicado en la capital de la autonomía. Y que en el mejor de los casos lo único que ha hecho ha sido instalar satélites en las demás capitales para colocar a los suyos. Causando conflictos como el del PSOE almeriense y torpedeando, también, muchas de las decisiones que se tomaban en los ámbitos locales. Así, con razones de peso en la mayor parte de los casos y su miajita de demagogia chauvinista, los regidores populares han sabido aprovechar esta circunstancia para hacerse más que fuertes.

Ahora, sin tiempo de reacción, sin dinero y con todo el poder municipal en manos del PP, más se le complica la cosa a Griñán para reconquistar la confianza en esas plazas. Sobre todo cuando ya son hasta los suyos los que dejan a las claras que desde San Telmo les están quitando el plato de lentejas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario