Digan lo que digan

José Luis Sánchez Teruel
Secretario de Infraestructuras del PSOE
 
Hay quienes digan lo que digan, en público o en privado, sus palabras tienen tan poca credibilidad como las del lobo en el cuento de caperucita. Da igual lo estudiadas o calculadas que estén sus declaraciones en la forma o en el tiempo; nadie les cree porque carecen de la credibilidad social que dan la verdad, los hechos y el trabajo diario, constante y sincero con la gente, fruto del compromiso insobornable con la conciencia de cada uno y con la sociedad.

Desde que se hizo oficial que Rubalcaba está dispuesto a ser el candidato socialista en las próximas elecciones generales, todos los dirigentes del Partido Popular, y los medios de comunicación que controlan, han puesto el objetivo sobre su persona; ya Zapatero no les importa. La crisis del pepino o, mejor dicho, el ataque brutal que está recibiendo en estos días la agricultura almeriense, pilar fundamental de nuestra economía, para ellos no es lo más importante. Y hasta tal punto es así que, sobre este tema, Rajoy ha estado mudo en el momento más crucial, mientras que Arenas hace bromas con algo que es muy serio.

Con todo esto, el Partido Popular pone de manifiesto la preocupación que sienten ante la candidatura de Rubalcaba, porque las encuestas llevan años diciendo que los ciudadanos confían más en Rubalcaba que en Rajoy. Eso para ellos sí que es un gran problema, una amenaza a sus ansias de alcanzar el poder, porque saben que los ciudadanos creen más en la capacidad, la experiencia y el liderazgo social de Rubalcaba que en los silencios de Rajoy. Lamentablemente la credibilidad social de Rubalcaba se ha convertido, así, en el caballo de batalla del Partido Popular, y no otras cosas.

En momentos difíciles como estos, por los problemas concretos que las familias y las empresas tienen encima de la mesa y por los resultados electorales de nuestra provincia, para los socialistas de Almería es una buena noticia contar con líderes con la credibilidad social de Griñán y Rubalcaba. Ahora bien, si de verdad queremos ayudar a nuestros líderes en la tarea tan dura de recuperar la senda del empleo y del crecimiento -senda, no lo olvidemos, por la que pasa la solución de los problemas de muchas personas de Almería-, tenemos que estar a su altura; y, para ello, desde la autocrítica y la reflexión interna, tendremos que hacer lo que haga falta para no ser una rémora o un lastre en la credibilidad social de Griñán y Rubalcaba. Hasta ahora, nuestra triste realidad es que como socialistas de Almería hemos restado más que sumado y eso debe cambiar sí o sí. Los ciudadanos llevan años diciéndolo y esperan que lo hagamos.

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